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Quince años de Patrimonio de la Humanidad

Un Palmeral desafiado por el picudo y la falta de proyección

Elche pide a gritos un cambio de rumbo en la gestión del oasis de palmeras más grande de Europa

Una vista panorámica del Palmeral de Elche en el centro de la ciudad tomada desde lo alto de la torre del Campanario de la basílica de Santa María. antonio amorós

El 30 de noviembre del año 2000 Elche empezó a ocupar un lugar privilegiado en el mapa mundial. La ciudad de las palmeras lograba su primer Patrimonio de la Humanidad, declarado por la UNESCO, hace ahora quince años. Un reconocimiento que marcó un antes y un después para la historia del pueblo ilicitano y que sirvió para poner en valor el paisaje islámico, conservado a lo largo de los siglos y enriquecido por su tradicional sistema de riego, junto a su cultura hidráulica revolucionaria.

Ahora, tres lustros atrás, el oasis que conforma el Palmeral más grande de Europa pide a gritos un cambio de rumbo en su gestión, su conservación y su explotación. Expertos y colectivos locales implicados con el Patrimonio de la Humanidad reivindican intervenciones a las administraciones para realzar el valor de los huertos de palmeras, combatir las plagas y evitar la sensación de abandono existente.

Y es que, investigadores del Palmeral, como el profesor del departamento de Geografía Humana y de Turismo de la Universidad de Alicante, José Antonio Larrosa, echan en falta el plan de protección, guardado en el cajón en los últimos años. «Es vital recuperar ese proyecto para poder intervenir en el Palmeral, desde que se logró la declaración de Patrimonio de la Humanidad se paralizaron las intervenciones dignas. Desde fuera parece que se han limitado a mantenerlo con vida, nos encontramos con rutas vacías de contenido, no hay señalización acorde», apuntó el docente de la UA. En este sentido, Larrosa añadió que «percibimos un cierto vacío, un Palmeral ajardinado que carece de los valores agrícolas que le dieron sentido».

Como él, Carlos Ortiz, también estudioso del Palmeral y director de una tesis sobre indicadores ambientales y paisajísticos del mismo, alude a una «errática» gestión del Patrimonio de la Humanidad. «No han terminado de creerse lo que significa este reconocimiento alcanzado hace quince años, desde el año 1998 estamos esperando a la aprobación del plan especial del Palmeral», señala el experto. Ortiz añade, además, que «a todo ello hay que sumar que el sistema de acequias está bastante abandonado y la Estación Phoenix, encargada de investigar sobre las plagas, está cerrada».

Sin embargo, no son sólo los investigadores los que vislumbran esa dejadez a la hora de cuidar y «explotar» uno de los bienes más preciados de la ciudad. Esa percepción también la comparten las plataformas locales. Desde Volem Palmerar, proponen que la promoción turística y puesta en valor del Palmeral sea compatible con su conservación. «Falta un plan de uso y de gestión, porque estamos ante un sistema agrícola que funcionó desde la Edad Media y que ha perdido su sentido, su salud se resiente y encima está el picudo, por lo que es vital una lucha contra las plagas», incidió Vicent Sansano, portavoz del colectivo.

En esta línea, desde la Asociación de Palmereros de Elche (APELX), su presidente, Miguel Ángel Sánchez, lanza un SOS para reivindicar más medios con los que combatir el picudo picudoy lamentó que «si todas las palmeras estuvieran tratadas no entraría el escarabajo, estamos ante un problema que avanza y hacen falta más herramientas y personal para inspeccionar y multar a los que no retiran las palmeras afectadas». Y es que, hoy día, Elche cuenta con menos de 150 trabajadores para los 90 huertos del municipio.

Pese a las sombras que planean sobre el Patrimonio de la Humanidad ilicitano, los colectivos locales han aplaudido la iniciativa del nuevo equipo de gobierno para restablecer el diálogo con las asociaciones implicadas.

Nuevos retos

Junto a ello, el Ayuntamiento se ha propuesto configurar un plan de gestión del Palmeral, que servirá para abordar este símbolo de la ciudad como un todo y que será una reforma pensada a largo plazo. Este proyecto global incluirá un plan de lucha contra el picudo en el Palmeral histórico, sobre el que ya se ha comenzado a trabajar. El edil de Medio Ambiente, Antonio García explicó que «se trata de crear una esfera de protección y hemos cambiado el sistema de lucha basado en la georreferenciación y seguimiento de todos los ejemplares». Junto a ello, el Consistorio tiene previsto cambiar la Ley del Palmeral, configurada hace 20 años y modificar el Plan de Protección. Entre los proyectos del ejecutivo local se encuentra la recuperación de las infraestructuras hidráulicas que dan vida al Patrimonio de la Humanidad y potenciar su uso agrícola en diferentes zonas de Elche. «Tenemos que trabajar de forma más eficaz para beneficiar lo que es para nosotros una carta de presentación de la ciudad», afirmó el edil de Medio Ambiente.

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