A pecho descubierto, ante una veintena de adolescentes, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, se sentaron ayer en el salón de actos de un instituto de Elche para someterse a un tercer grado sobre violencia de género. ¿Y por qué... las mujeres no huyen de los hombres violentos? ¿Y por qué... ahora hay más asesinatos que hace unos años? ¿Y por qué... cuando una mujer mata a su marido no se llama violencia de género? Ni rehuyeron las preguntas de los estudiantes ni se limitaron a lo políticamente correcto, hasta el punto de que Oltra contó alguna anécdota familiar en primera persona (cuando su hijo de cinco años llegó a casa diciendo que una compañera era mala por haberse ido con otro niño, y ella no supo de dónde había sacado aquello) y Puig les habló de lo que es y lo que no es amor: «Nada que tenga que ver con la dominación es amor».

El desembarco de responsables de la Generalitat en el IES Carrús de Elche pretendía poner de relevancia un proyecto dirigido a los adolescentes con el lema «No me toques el WhatsApp» y con la intención de transmitirles que cuando a una chica su novio le envía mensajes del tipo "dónde estás", "envíame una foto de con quién estas"... «todo eso no es amor, es posesión y es un estadio previo de la violencia». El objetivo, que identifiquen esas primeras actitudes, pues según Ximo Puig «la educación es la piedra fundamental y en la adolescencia se pueden ver claramente algunos de los signos que pueden derivar en una situación peor; esta campaña pretende ir contra el origen de este problema».

La Generalitat, según contaron, se ha marcado de forma transversal la lucha contra la violencia de género y trabaja en formación e inserción sociolaboral de mujeres, en la reestructuración de la red de atención a las víctimas en Justicia, o de implicar a los médicos en la detección.