Fantasmas, aprovechados, cobardes y destructores del partido, detractores o difamadores y fuera de tiempo, son las expresiones que el exconcejal Rodríguez ha llegado a dedicarles a cientos de afiliados el pasado 25 de septiembre a través de este medio y del que no he conocido hasta hoy. Yerra quien ofende, pero más quien desde la trastienda enciende la mecha de la discordia.

Su falta de fe en este partido me desconcierta, pues al augurar una derrota del PP en las próximas elecciones nacionales similar a la cosechada en las locales, parece una invitación a la deserción del voto.

No es necesario escudarse en la táctica de la tirita antes de la herida para volcar sobre militantes y simpatizantes la responsabilidad de su aciago vaticinio. Requiere menos esfuerzo mental adivinar que el resultado de las generales en Elche será muy distinto y mejor de lo esperado.

Por esa razón, es urgente que se abra la sede, y se salga a la calle. Se olviden cuitas y frustraciones políticas, se llame, invite y movilice a todos los afiliados y simpatizantes, se prepare la intendencia local necesaria para llevar al PP en diciembre a ganar las elecciones, se establezcan áreas de trabajo y se contacte para conformar las listas de interventores y apoderados. Lo demás está en seguir el dictado de la democracia.

No deshoje más margaritas, reconozca y supere de una vez que la pifia de las locales señala directamente al proceder de la señora Alonso y de su ejecutiva local, la cuál prefirió el mutismo al consejo y despreció el trabajo de una Junta Gestora que , aún con problemas, consiguió en las elecciones del 2007 recuperarlos 13 concejales y apuntalar la mayoría en el 2011. El éxito fue fruto de la innegable fuerza nacional del PP, el abatimiento de un PSOE en pleno efecto Zapatero y el trabajo de la Junta Gestora que durante años preparó al Partido para una transición moderada, con una afiliación participativa y unida.

La ruptura llegó desde el mismo momento en que se cercenó la libertad de los militantes a votar en la asamblea local de diciembre de 2011 a la que varias listas, incluida la que suscribe, presentaron candidatura. Ahí se condicionó el voto al pago de 120 euros, motivo por el que ganó la lista de Alonso pese a no haber presentado decálogo ni programa alguno.

Seguidamente se impuso la ley del silencio sin debates internos, sin explicaciones a la militancia del cumplimiento del programa electoral y de la labor de sus concejales, sin convocatoria de ningún tipo de grupos de trabajo para una participación efectiva y abierta a todo el mundo. Tampoco hubo convocatoria de Junta alguna y por lo tanto tampoco rendición anual de cuentas.

Por eso, cargar todo el rigor de sus desdichas sobre quienes pensamos que «sin la voz de los afiliados no hay partido» evidencia su incomodo papel del perdedor. Tanto las descalificaciones plenarias como los anuncios de presencia de etarras y peligro de muerte, la opacidad en el asunto del Mercado Central, la división sembrada entre comunidades de regantes al anticiparse al TSJ, el voto en el desarrollo urbanístico de la Peña Las Águilas, hurgar en la herida de los compañeros concejales y despreciar e insultar a otros hasta expulsarles a otras formaciones políticas, trocear el partido, (? y no sigo...)

La auténtica tragedia de la que el mismísimo Fraga luchó toda su vida cobró forma en Elche: Ninguna formación de centro derecha accedió a formar gobierno con la señora Alonso. Ustedes eran nuestros representantes y han hecho que perdamos todos en Elche. Ahora arrimen el hombro para las generales.

En cuanto a la «urna» a la que usted se refiere con guasa, forma parte de ese episodio del que la policía tuvo que rescatarme por proteger la democracia. Sufrí moratones, heridas e insultos pero fui reconfortada y reconocida por mi partido y por el resto de formaciones políticas.

El rostro impasible ante mi dolor de una destacada compañera y algunos y algunas más, quedó inmortalizado en las fotos que nunca he querido volver a ver. Permanecí en el Congreso, fui diputada provincial, concejal por Elche y trabajé incansablemente. Cada uno ha ocupado su lugar y todos hemos cumplido.

En todo caso, lo importante está en las elecciones generales. Allí me encontrarán como apoderada, y también a quienes han relativizado el torpe arrebato del señor Rodriguez.

Después seguiremos como manda la democracia renovando el partido al que de nuevo presentaré mi candidatura a la presidencia local si revalidan su confianza aquellos que en el 2011 la depositaron en mí al igual como los que no lo hicieron entonces, a los que respeto.