Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aumenta el número de alicantinos que dona su cuerpo a la ciencia

La UMH, una de las universidades del país que más cadáveres recibe, detecta un aluvión de voluntarios españoles en contribuir a la investigación debido al cambio de mentalidad y al incremento de las incineraciones

Aumenta el número de alicantinos que dona su cuerpo a la ciencia

A la par. La cifra de donaciones de cadáveres a la ciencia por parte de alicantinos se equipara ya a la de los extranjeros que deciden destinar su cuerpo a labores de investigación cuando fallecen. La provincia de Alicante, situada a la cabeza de España en este tipo de donaciones, ha registrado un importante cambio de tendencia en cuanto a la nacionalidad de las personas que deciden dar este paso, ya que habitualmente los foráneos se situaban muy por encima.

La Universidad Miguel Hernández (UMH), uno de los centros docentes del país que más cadáveres recibe para la docencia de las carreras del ámbito de la salud, registra anualmente unos 120 cuerpos. De ese número, la cifra entre españoles y extranjeros es prácticamente similar, según los datos que manejan en el campus de Sant Joan.

«Tradicionalmente, la gente residente en la provincia, pero procedente de otros países copaba las listas de donaciones de cuerpos, sobre todo por el hecho de ahorrarse la repatriación a su lugar de origen. Algo que parece lógico», apuntó el catedrático del departamento de Historiología y Anatomía de la institución universitaria, Francisco Sánchez del Campodepartamento de Historiología y Anatomía Francisco Sánchez del Campo.

Frente a ello, el cambio de mentalidad entre los españoles y, particularmente de los alicantinos, ha contribuido en que crezca la voluntad de ayudar a avanzar la investigación científica. «El incremento de las cremaciones ha incidido muchísimo en esta tendencia, ya que los entierros han estado por encima durante toda la vida y ahora la gente ha aceptado la incineración. Una vez que se da este paso son muchos los que se animan a donar sus órganos y más directamente su cuerpo», explicó el profesor de la UMH.

De esta manera, el perfil de donantes que tiene registrado la universidad tiene un nivel de cultura medio-alto. «La gente con un nivel cultural bajo tiene una mentalidad muy clásica y no se atreve a tomar esta decisión», explicó Sánchez del Campo.

En este sentido, la crisis económica también ha influido en este incremento progresivo de donaciones de cuerpos a la ciencia, ya que supone el ahorro de los elevados costes del funeral.

Sin embargo, según el catedrático del departamento de Historiología y Anatomía de la institución universitaria, el aluvión de donaciones tiene que ver con que la sociedad ha superado ciertos «tabúes» y quieren ser útiles para la ciencia una vez que mueran. Así las cosas, la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández se ha visto obligada a exportar desde el último lustro cadáveres a otras zonas de España, ante la elevada demanda. Y es que, este departamento universitario comenzó recibiendo tan sólo entre una veintena y treintena de cadáveres y ahora se supera el centenar.

Pese a ello, la universidad recibe hasta 200 solicitudes al año procedentes de toda la provincia de personas interesadas en donar sus cuerpos cuando fallezcan. «Desde que se hace la inscripción hasta que se produce la donación pasan más de veinte años y el nivel de vida cada vez es más largo. Sin embargo, cuando se produce el receso, el familiar no tramita ese documento, el cadáver no llega».

Para manifestar esta voluntad, es necesario ser mayor de edad y contar con un testigo a la hora de rellenar el impreso en la universidad, homologado por la Sociedad Española Científica.

Mayor demanda

El incremento de los cursos clínicos y el avance de las nuevas técnicas sanitarias que buscan ser lo menor incisivas posible en los pacientes hace vital contar con cadáveres para la investigación y la cirugía. «Cada vez se trabajan con más cámaras laparoscópicas para las intervenciones y los médicos tienen que aprender de cero a usar estas nuevas tecnologías, por lo que es imprescindible alcanzar unas habilidades antes de realizarlas sobre alguien vivo. Son métodos muy difíciles y por eso los cadáveres son cada vez más necesarios», apuntó el catedrático.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats