Diez minutos le hacen falta a Titán para peinar al detalle una superficie de 10.000 metros cuadrados de escombros y señalar sin resquicio de dudas a tres personas sepultadas entre piedras y cascotes. Diez minutos que para las víctimas, cuando son reales, pueden hacerse muy largos pero también pueden suponer salvar sus vidas; El mismo tiempo que en un escenario con heridos que no son más que figurantes supone convertirse en el mejor equipo operativo en escombros de España. Con ese trofeo se han vuelto de Ferrol Titán, un pastor belga malinois de tres años y ocho meses, y el bombero de Elche y guía canino Sergio Pérez, que se han impuesto a todos los participantes en el V Encuentro Internacional de Perros de Rescate en la categoría más compleja en escombros (la de perros operativos, superior a la de perros iniciados, porque en el ejercicio no saben cuántas víctimas tienen que localizar y trabajan con una superficie mayor) y que además han quedado en cuarto lugar de 13 participantes en otro ejercicio de orientación y búsqueda en grandes áreas.
Aunque el adiestramiento casi se estructura como un juego para el perro (que en definitiva quiere su recompensa, una pelota o una felicitación de su dueño), en realidad la fiabilidad es un objetivo de primer orden, más allá de la velocidad. Y es que en los trabajos de búsqueda en estructuras colapsadas o en escombros puede resultar tan importante localizar a las personas atrapadas como descartar que haya víctimas para programar las tareas de desescombro.
Por eso, los organizadores del encuentro celebrado este fin de semana intentan confundir a los perros con todo tipo de distracciones y los jueces puntúan su capacidad de no caer en ellas: «Pusieron carne de cerdo enterrada, sirenas de emergencia en marcha, había gente trabajando, comida, juguetes... para ponérselo difícil al perro, pero Titán discriminó todo y fue a su trabajo», explica Sergio Pérez. Le sobraron cinco minutos para localizar a las tres víctimas del tiempo máximo de un cuarto de hora. Perro y guía estuvieron seguros de que no había una cuarta víctima atrapada.
Constante
Aunque parezcan sólo ejercicios, el trabajo estricto y constante entre el perro y el guía (bomberos, policías y otras profesiones relacionadas con la respuesta ante emergencias) son imprescindibles para que en las situaciones reales no haya fallos. Sergio Pérez y Titán forman de hecho uno de los cuatro equipos cinológicos del Consorcio de Bomberos en Alicante y han participado en búsquedas de las que han dependido vidas reales.
En el mes de abril, fue este perro el que revisó el derrumbe de un edificio de cinco plantas en el barrio de Carrús de Elche y gracias a él se supo en cuestión de minutos que nadie había quedado atrapado bajo los escombros. Es el mismo perro que localizó hace dos semanas a un hombre de Castalla que falleció cuando había salido a buscar setas y al que su familia y decenas de personas buscaban sin éxito. Los mismos méritos tienen los demás equipos de la provincia, que dedican todo el tiempo libre a convertir perros con cualidades en rescatadores infalibles. Partículas de la epidermis de la piel y gases de la exhalación de la persona perdida son las pistas que el perro puede detectar por venteo y el humano no. Pero el guía resulta imprescindible e insustituible, pues tiene que saber desarrollar en el perro cualidades básicas (autonomía o concentración) para que consiga establecer por sí solo el patrón de búsqueda, pasar por toda la superficie sin dejar de revisar un palmo, no fallar para que la ayuda se preste cuanto antes... Y llegar a donde no llega la vista humana. A cambio, Titán apenas pide un rato de juegos como recompensa.
