La situación que vivieron numerosos ciudadanos que pasaron ayer por el centro urbano posiblemente no se había visto antes, ante la gran cantidad de calles afectadas, que presentaron, durante toda la mañana y parte de la tarde, un estado en el que era complicado mantener la verticalidad.

El problema se originó desde primera hora de la mañana. Según el Ayuntamiento de Elche, un vehículo de la empresa encargada de la limpieza en el municipio, Urbaser, «perdió aceite».

Pero lo «perdió» no por una o dos calles, sino por prácticamente todas las vías peatonales del centro, así como en otros espacios públicos.

Desde primera hora

Según indicó una trabajadora de una panadería del centro, cuando se dirigía a su puesto de trabajo, sobre las 8.30 de la mañana, los servicios municipales ya estaban colocando serrín o arena para que absorbiera el líquido derramado, lo que generó de entrada una imagen de falta de limpieza por todo el centro de la ciudad, ya que no afectaba a una única calle, sino que se había extendido a gran número de ellas.

Pero la cuestión no acaba aquí, ya que ese serrín o arena parece que no surtió mucho efecto porque no contribuyó demasiado a que los viales dejaran de estar resbaladizos.

En la Glorieta, según indicó un trabajador de una heladería, en un pequeño lapso de tiempo vio a dos ciclistas caer y también a un transeúnte. En la calle Obispo Tormo, el «patinaje» era continuo y varias personas incluso llegaron a precipitarse al suelo.

La historia se repetía en las inmediaciones del parking del Gran Teatro, calle Hospital, Ample, Trinquet... y también las quejas y el malestar de algunos vecinos.

Por si faltaba algo, la lluvia que apareció sobre las 13 horas no hizo más que complicar las cosas, además de convertir todas las calles que habían acumulado serrín o arenilla en una especie de trampa de fango.

La escena habitual era ver «patinar» a la gente, caminando con cuidado para no resbalar y buscando los márgenes o las orillas de las calles con menos barro.

El concejal de Vía Pública y Limpieza, Héctor Díez, reconoció ayer que el origen del problema estuvo en la avería de una barredora. Al parecer, se le rompió un manguito sin que el operario de limpieza se diera cuenta.

Cuando tuvo conocimiento de lo que había ocurrido, la barredora ya había completado prácticamente su circuito habitual por las calles del centro, de manera que el aceite y el agua de una primera lluvia temprana se combinaron y complicaron el tránsito a pie o en bicicleta.

El edil reconoció que entre la arenilla y luego la lluvia, el centro no presentó su mejor aspecto y que habían tenido conocimiento de varias caídas.

También explicó que esa arenilla es sepionita, un material absorbente que, no obstante, necesita su tiempo para hacer su trabajo, y que con la lluvia caída posteriormente se ralentizó su efecto.

Por la tarde, la Policía Local también estuvo informando a vecinos de que no cruzaran por determinadas calles, mientras brigadas de limpieza se encontraban limpiando la plaza del Salvador y otros viales.

Héctor Díez también informó que la empresa de limpieza tenía previsto destinar durante esta pasada madrugada todos sus vehículos de baldeo en el centro a estas calles, de manera que se pudiera volver a la normalidad lo antes posible.