Los puestos del mercado medieval regentados por comerciantes locales desprenden malestar de puertas adentro. Los artesanos ilicitanos han visto suprimido el descuento del 50% en el precio de su parcela del que sí se beneficiaron en la última edición y el impulso a los vendedores de alimentación se ha reducido hasta el 20%.

La decisión corresponde a la empresa contratista que coordina el zoco acampado este fin de semana en el centro de la localidad, Pegasus Mercados Temáticos, S.L., pero el grupo de afectados señala al Ayuntamiento echando en falta una mayor protección: «En mi ciudad he tenido que pagar lo mismo que el resto y, aunque el cambio lo marca la empresa, detalles de este tipo deberían incluirse en el pliego de condiciones como se hace en otros lugares», levanta la voz Raúl Egío detrás de sus avalorios y manualidades.

En ese listado de exigencias que impone el Consistorio a los proyectos interesados en la concesión del mercado medieval, se precisa que los puestos de artesanía deberán ocupar la mayoría de los expositores, pero en ningún caso se hace referencia a las procedencias de sus mercaderes.

Los perjudicados ya pidieron explicaciones a los responsables públicos al conocer el incremento de la tarifa y la respuesta que encontraron al proponer medidas de apoyo fue que obligar a introducir este tipo de bonificaciones sería incurrir en la «ilegalidad». Una afirmación que resulta contradictoria al comprobar que en otras ciudades, como por ejemplo Cartagena, Burjassot, Cartagena o León, la participación es gratuita para los allí empadronados.

La consecuencia no se ha limitado a un puñado de ceños fruncidos. «Muchos compañeros han preferido no tragar y dejar de plantar su puesto este año», cuentan desde el tenderete especializado en instrumentos musicales de Ana Belén Marín, otro que ha asumido a regañadientes los nuevos precios de los escasos autóctonos, cuya exactitud, que no ha sido dada a conocer por Pegasus, no rebasa la decena.

No es el caso de Nadja Schellenberg, vendedora alemana de bisutería residente en Elche, quien ha cambiado su estandarte por la bandera de la reivindicación: «Estamos agrupando a todos los involucrados que estamos en contra de estas medidas con el fin de promover alguna acción e intentar que la situación cambie en la próxima edición para que nos salga rentable trabajar en nuestra ciudad».

Gran ambiente

Los inconvenientes surgidos no han borrado la sonrisa de los comerciantes al atender a los visitantes a un mercado medieval que desde su inauguración el pasado jueves ha vivido entre multitudes de visitantes.

Especialmente en su tercera jornada, la de ayer sábado, los ilicitanos abarrotaron la Plaza del Congreso Eucarístico y el resto de propuestas ubicadas en las calles aledañas a la basílica de Santa María.

La enorme variedad de productos expuestos a la venta estuvo acompañada, como es habitual, de representaciones itinerantes y pasacalles y talleres, además de una oferta cultural que tuvo teatro, con las interpretaciones de las obras «¿Juglamos?» y «Las maravillosas aventuras de Ulises»; música en las voces de Maladança y el concierto «Una noche en la corte del Rey Alfonso»; y la explosión de color y luz que fue el espectáculo «Estirpe de fuego» con que el día alcanzó la medianoche de un sábado en el medievo.