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Medio siglo del primer regreso a casa de la Dama de Elche

La ciudad vivió la primera cesión temporal de la Dama hace cincuenta años cuando permaneció expuesta 14 días en el Parque Municipal

Medio siglo del primer regreso a casa de la Dama de Elche

Medio siglo del primer regreso de una joya exiliada. Elche despierta cincuenta años después desde que el busto más representativo de la cultura íbera hiciera su primera visita a su ciudad, tras el hallazgo en la Alcudia hace 118 años, en 1897. Su primer viaje a casa desde Madrid ha llegado a la memoria de los ilicitanos, quienes han recordado tímidamente y con anhelo, aquellos catorce días emotivos y fugaces en los que todo el pueblo se volcó para ver con sus propios ojos a la Dama de Elche.

Así, los diarios de la época, entre ellos INFORMACIÓN, recogieron entre sus crónicas la expectación de aquel 23 de octubre de 1965, cuando la escultura era expuesta en el edificio del «Huevo» del Parque Municipal de Elche, antigua sede del Museo Arqueológico.

Para algunos era la primera vez que contemplaban de cerca el famoso busto íbero. Para otros privilegiados, como Manuel Campello Esclapez, su descubridor, estar ante la Dama de Elche no era algo nuevo. «Mosatros dos ya mos coneixem fa molt de temps», afirmó el trabajador de La Alcudia cuando la escultura regresó a la ciudad hace cincuenta años, según recogen los periódicos.

Su primer regreso a la tierra que le vio nacer coincidió con el VII centenario del Misteri, hecho que permitió que la obra cumbre del arte ibérico viajara desde la capital.

De esta manera, se producía así la primera cesión temporal de la pieza escultórica, gracias a un convenio de colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia. Tras su fugaz paso por Elche en 1965, durante 14 días, Elche se despedía de su preciado tesoro.

Así, el 10 de noviembre, la pieza volvió a recorrer los 400 kilómetros de camino hasta la capital para regresar de nuevo al Museo del Prado para permanecer en sus instalaciones hasta 1971, momento en el que se produjo su traslado definitivo al Museo Arqueológico Nacional.

La visita a su tierra tuvo un gran calado para la ciudad, volcada desde entonces en reivindicar su regreso tanto de forma temporal, como permanente.

De hecho, muchos círculos culturales afirmaron por aquel entonces que sorprendía cómo una escultura que había estado tan poco tiempo en la ciudad pudiera tener tanto simbolismo entre los ilicitanos.

En 2006, la ciudad volvió a poner de manifiesto su admiración hacia la joya exiliada y se reencontró con ella 41 años después, pero esta vez durante un lapso de tiempo más largo. Durante seis meses, la Dama de Elche recibió miles de visitas en su hogar temporal, el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE).

Reivindicación eterna

Cinco décadas después la ciudad no ha desistido de sus reivindicaciones y han sido muchos los esfuerzos municipales, los rifirrafes entre el Ayuntamiento y la oposición y la esperanza depositada por todo un pueblo para volver a tener a la escultura íbera en casa.

Tras varios intentos fallidos, Elche volverá a buscar una nueva baza para reclamar al Ministerio la cesión del busto íbero.

Los grupos políticos que conforman la corporación municipal se unirán para configurar una declaración institucional y así demandar que la Dama pueda volver a regresar a Elche. Según adelantó la edil de Cultura, Patricia Macià, en el pleno de mañana está previsto que todas las fuerzas aprueben por unanimidad esta declaración de intenciones, que ya fue consensuada en la junta de gobierno local del viernes.

De esta manera, el objetivo, según la edil del área, es conseguir una mayor fuerza en la lucha por traer de vuelta a la pieza hallada en Elche y que las reclamaciones al Gobierno Central sean más efectivas.

Con ello, «el ejecutivo local se centrará primero en reivindicar su cesión temporal y si es posible su retorno permanente a la ciudad», destacó Macià. Asimismo, esta nueva iniciativa también irá más allá de la unión política. Y es que, el Ayuntamiento pretende que hayan acciones conjuntas entre políticos, la sociedad civil y las universidades, con la finalidad de implicar a todos los agentes en algo que se ha convertido en un reto eterno.

Un auténtico desafío iniciado hace ya más de un siglo por el archivero Pedro Ibarra, la primera personalidad que intentó que el busto no saliera de la ciudad y el encargado de hacer las gestiones iniciales para que la Dama no abandonara su tierra.

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