Dar clases con un ruido de 85 decibelios. Los maestros del colegio Antonio Machado de Torrellano, en Elche, están cansados de tener que callar cada vez que un avión realiza una maniobra de despegue o aterrizaje en el aeropuerto Alicante-Elche. Los docentes callan porque, según denuncian, el ruido que provoca la cercanía del aeródromo les impide dar clase con normalidad y así llevan «toda la vida», ya que el Estado dejó al centro escolar fuera de la huella sonora, el territorio que rodea al aeropuerto que está obligado a proteger del ruido de los aviones.
El centro educativo denuncia que está fuera de la huella sonora por escasos centímetros, «apenas un palmo», confiesa un maestro. De hecho, los terrenos de enfrente del colegio sí que forman parte del perímetro que puede acogerse, si los estudios acústicos así lo indican, al Plan de Aislamiento Acústico.
Aena, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, confirma que el centro está fuera de la huella sonora que se revisa cada cinco años, y que, por tanto, no puede destinar recursos para el aislamiento acústico de las aulas del colegio público Antonio Machado.
Por eso, el objetivo del centro educativo, y así lo han pedido, es que el Ayuntamiento de Elche realice un estudio acústico para remitirlo a la Conselleria de Educación, y poder trabajar en un proyecto que proteja a las clases del ruido que provocan los aviones.
El director del colegio, Sergio Cortés, explica que «no sabemos cuanto dinero costaría la insonorización de las aulas, pero el colegio no puede asumir el coste, ya que tenemos limitada la inversión a unos 9.000 euros cada curso».
La Asociación de Padres y Madres del centro también apoya la reivindicación. El colectivo de padres lamenta que «llevemos toda la vida soportando esta situación en la pedanía, en casa y en el colegio».
Por otro lado, la concejal de Educación, Patricia Maciá, asegura que trasladará el problema a los diputados del PSOE en el Congreso de los Diputados para que traten de dar una solución a través del Ministerio de Medio Amiente.
Mientras tanto, los miembros de la comunidad educativa siguen soportando el ruido que provoca el paso de las aeronave y que es más molesto cuando realizan maniobras de despegue en dirección a Torrellano, aprovechando el viento de Poniente. Así las cosas, desde el centro lamentan que «se trata de un problema que los escolares de Torrellano llevan sufriendo 30 años sin que nadie aporte soluciones».
