Los regantes del norte del municipio de Elche han sido capaces de conseguir un doble y meritorio objetivo en los últimos meses. Por un lado, pese a la sequía y el recio verano, han administrado los recursos hídricos de tal forma que han podido regar sus campos sin apenas problemas. Y por otro, un eficaz rigor a la hora de llevar a la práctica la planificación del ahorro de agua de cara al invierno, les ha conducido a tener en estos momentos sus dos embalses principales, San Enrique y José Ramón García Antón, al 100%.
Esta situación es prácticamente inédita y sorprende no sólo a tenor de la prolongada ausencia de lluvias, sino también por el contraste de la imagen de esos dos embalses, a rebosar, con buena parte de los pantanos más importantes de la provincia que, aunque no son comparables en capacidad ni en uso final de recursos con los dos señalados de riego, ofrecen un estado inquietante: el embalse de Amadorio está al 6,25% de su capacidad, el de Beniarrés al 14,8%, y el de Guadalest al 23%, por citar algunos ejemplos.
Los regantes de la Sociedad de Transformación Agraria (SAT) de San Enrique, en cualquier caso, disponen ya, para pasar todo el invierno, de 100.000 metros cúbicos almacenados en el embalse de San Enrique, y de 450.000 en el de José Ramón García Antón.
«Esto ha sido posible gracias al esfuerzo de los agricultores de San Enrique, que han ahorrado y que han conjugado sus recursos del Júcar-Vinalopó y sus recursos propios que tienen en los pozos de Hondón de las Nieves», explica Ángel Urbina, presidente de esta sociedad de regantes.
El agua embalsada, procedente del postrasvase Júcar-Vinalopó, empezó a entrar el 22 de junio y la aportación se completó el pasado miércoles. A esto los agricultores han sumado aportaciones de distintos pozos, de manera que los propietarios de suelo agrícola de Aspe, Carrús, Llano de San José, Peña de las Águilas y un sector de Crevillent pueden estar tranquilos en los dos próximos trimestres aun en el caso de que no se registraran precipitaciones.
«Ahora bien, esta sociedad, teniendo sus recursos almacenados hasta abril, porque hasta abril no vamos a recibir más recursos hídricos, está dispuesta a dejar algo de agua a alguna comunidad que lo esté pasando mal mediante riegos de socorro. Eso podemos hablarlo», indica Urbina, quien aclara que la cesión de recursos -siempre que lo autorice la Confederación Hidrográfica- no sería poniendo un precio, sino a cambio de que en otro momento se proceda a la inversa.
Desde la SAT San Enrique insisten en que hasta abril e incluso mayo tienen garantizada agua para sus 600 comuneros, que aglutinan unas 500 hectáreas al norte de Elche. En estos terrenos se cultivan cítricos y hortalizas y además se concentran numerosos invernaderos.
El presidente de la SAT San Enrique recuerda por otra parte que, en esto caso en calidad de portavoz de la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó, se está negociando un convenio con el Gobierno central «para tener el equilibrio financiero para seguir trayendo estas aportaciones hídricas», según Ángel Urbina
La sequía más intensa hasta mediados de septiembre -aunque no la más larga- que se ha dejado notar en la provincia desde que se dispone de registros meteorológicos llegó a provocar importantes efectos medioambientales al haber puesto punto y final a 182.000 almendros y un descenso medio del 60% en todos los cultivos, según fuentes agrarias, lo que ha llevado casi al desastre a unos 6.000 agricultores y ha generado unas pérdida por encima de los 70 millones. La sequía afectó hasta el mes pasado a 142.000 hectáreas de cultivos, el 45% en terrenos de secano. Desde noviembre de 2013 hasta septiembre de este año no llovió de forma significativa.
