El exconcejal ilicitano y exdiputado nacional socialista Federico Buyolo se encuentra al frente, desde el pasado mes de julio, de la Dirección General de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana. Crear un modelo valenciano de cooperación, volver a apoyar y colaborar seriamente con las organizaciones gubernamentales y dejar atrás cuanto antes la mala imagen sobrevenida por el «caso Blasco», son algunas de las tareas arduas que su departamento tiene desde ya por delante.
¿Cómo se han encontrado el área que pasa ahora a gestionar ?
Hay tres cosas especialmente graves. Una a nivel de dirección general, que estaba mermada completamente de recursos, sobre todo de recursos humanos. Tenemos un técnico especialista y tres becarias. A nivel administrativo nos hemos encontrado 558 expedientes por revisar con un valor de 96 millones de euros en cuanto a subvenciones. Las ONGs han hecho su labor y hay que fiscalizar que el trabajo está bien hecho. Y el tercer nivel es presupuestario. Actualmente somos la comunidad número 13 en cuanto a presupuesto, cuando la media es de 3,47 euros por habitante. Nosotros estamos en 0,16 euros, lejos de los 18 euros que tiene el País Vasco. El objetivo es, tal y como firmaron los partidos en el pacto de 2009, llegar cuanto antes a ese 0,7%. Ahora estamos en el 0,02%
¿Notan ustedes que tras el «caso Blasco», la cooperación de la Comunidad Valenciana ha quedado desacreditada?
Mucha parte de la cooperación valenciana ha estado ligada al «caso Blasco», que son la tres piezas que están en el juzgado y que repugna a todos. Está el llamado expediente de la Fundación CYES, por el cual el exconseller ya ha sido condenado; el de Haití; y la propia trama de corrupción. Eso se ha producido, pero no tiene nada que ver con la cooperación, no es un tema de corrupción de ONGs. Lo que se trata ahora es que cambiemos esa imagen de la cooperación, tal y como me pidió Ximo (Puig). Por eso estamos contactando con los agentes de la cooperación, para crear un nuevo modelo.
En cualquier caso, el margen de maniobra va a depender del presupuesto que tengan...
Recientemente se ha enviado un informe de Cooperación al Consell de cómo estaba la situación y del compromiso de cumplir el pacto valenciano por la pobreza. No es sólo un tema económico, sino también de reestablecer con todas las ONGs ese trabajo de colaboración. Para noviembre tenemos previsto realizar una conferencia de cooperación con ONGs. empresas., sindicatos y universidades, para ver cuál debe ser el modelo de cooperación valenciana y trabajar para dotarla de recursos económicos, humanos y programáticos.
¿Cómo es el trabajo de un director general de Cooperación y Solidaridad?
La primera fase es el de poder hablar con todo el mundo que tenga que ver con la Cooperación en la Comunidad; ayuntamientos, universidades, etcétera. A partir de ahí, queremos traer a gente de Cooperación que está trabajando fuera para que venga a contarnos lo que están haciendo, saber lo que hace y que todos vean que aquí se está haciendo ese cambio de modelo. Y también tener reuniones para aprovechar las experiencias de otras entidades de cooperación y darles a conocer el trabajo que hacemos aquí. Le cuento por ejemplo que el director del programa mundial de Alimentos de ONU en España es valenciano y no teníamos contacto con él.
¿En qué situación se encuentra la acogida a refugiados sirios en la Comunidad?
Desde el Consell hemos hecho una doble estrategia de trabajo. Hacia dentro de la Comunidad, arbitrando la acogida y creando la «xarxa» de ciudades acogedoras, que permitan que cuando lleguen los refugiados podamos atenderlos de la mejor manera posible. Aquí queremos agradecer la sensibilidad del pueblo valenciano con el pueblo sirio. Y por otro lado tenemos puesto en marcha un comité de ayuda humanitaria y de emergencia, además de destinar 400.000 euros para siete proyectos para Siria, Jordania, Líbano. También hemos firmado un convenio con el Fondo Conjunto de Acción Humanitaria del Misterio de Asuntos Exteriores y Cooperación para financiar también un proyecto de Unicef en Líbano. Lo importante es que además de atender a los refugiados aquí, se den las condiciones para atender a la población que está sufriendo las consecuencias de la guerra. Los primeros refugiados no llegarán antes de finales de noviembre, eso depende de la Unión Europea y del Gobierno de España.
