«Iban a matarme, estoy convencido», decía ayer tajantemente el abogado ilicitano Antonio Martínez Camacho, un día después de haber recibido una brutal paliza por parte de un desconocido que le atacó por la espalda con un palo mientras entraba a su despacho a las ocho de la mañana del miércoles, y después de haber recibido amenazas a través de familiares. El letrado, quien fue concejal del PSOE ilicitano a finales de los ochenta y ostenta el cargo de presidente de la Real Orden de la Dama de Elche, está convencido de que el móvil de la agresión que sufrió no era un robo sino acabar con su vida.

La Policía Nacional investiga quién puede estar detrás del violento asalto y, entre otras cosas, trabaja con las huellas que pudo dejar en el arma el agresor, que huyó corriendo cuando personal del bufete salió en defensa del abogado, al escuchar los gritos pidiendo auxilio.

Antes de eso tuvo tiempo de propinarle repetidos golpes en la cabeza, el primero de forma sorpresiva y por la espalda, y en el resto del cuerpo cuando se defendió y se cubrió con las manos. Martínez Camacho repasa lo vivido y considera que «fueron a por mi, estoy seguro de que fueron a matarme; me dio repetidos golpes en partes vitales del cuerpo y eso tiende al homicidio, en este caso al asesinato porque había alevosía, al atacarme por la espalda sin dejar posibilidad de defenderme... Desde el punto de vista jurídico esto es un asesinato frustrado», planteó el letrado, quien cuenta que «yo llegué a las ocho de la mañana, fui a subir las escaleras del rellano del despacho y por detrás noté que me golpearon, no sabía qué pasaba... Empecé a recibir golpes y golpes... Me procuré tapar la cabeza y gritar per me vi que me iban a matar... Me oyeron gritar y salieron inmediatamente, soltó el palo y salió corriendo... era el mango de una azada preparado hasta con barniz».

Cautelas

Pese a lo escalofriante del relato, el conocido abogado concluye que «no puedo dejarme amedrentar, adoptaré las cautelas necesarias pero no voy a vivir con mi vida con miedo».

Mientras la investigación prosigue a manos de la Policía Nacional de la Comisaría de Elche (que hasta ayer no había practicado ninguna detención, según las fuentes consultadas), Martínez Camacho dice desconocer quién puede estar detrás de un acto de este tipo, y sostiene que su profesión implica riesgos porque «alguien puede que haya tomado mal mi trabajo, alguien puede haber ido a la cárcel porque yo he hecho mi trabajo, pero es lo que tengo que hacer».

Las hipótesis van desde una persona con un motivo personal a un «sicario enviado por alguien», posibilidades que el letrado no puede perfilar porque el agresor no le dijo nada. Lo que tiene claro es que «no me pretendió robar, el móvil era matarme, eso lo tengo clarísimo, han intentado asesinarme».

En cuanto a su estado de salud, y pese a que se encuentra de baja médica, Antonio Martínez Camacho recibió el alta hospitalaria el mismo día de la agresión aunque aún tiene que someterse a pruebas y revisiones por parte de los médicos, que le están tratando contusiones y heridas en la cabeza.