Como todos los años, muchos estudiantes han tenido que cambiar la playa y las vacaciones por el ordenador y las salas de estudio. Llega septiembre y cientos de alumnos de institutos y de la Universidad Miguel Hernández se preparan para afrontar la segunda convocatoria de exámenes.segunda convocatoria de exámenes
«Lo he aprobado todo pero el Trabajo Final de Grado no me dio tiempo a presentarlo en julio, por lo que aquí estoy, intentado acabar la carrera de una vez por todas», explica una estudiante de Periodismo de la UMH, que lleva todo agosto trabajando a destajo para finalizar el proyecto final de carrera.
El caso de otro estudiante es más escandaloso: cursa primero de bachillerato y tiene que recuperar cinco asignaturas. «Un mal año lo tiene cualquiera, he estado muy desconcentrado», afirma el estudiante.
Estos ejemplos, son casos que pueden verse en la sala de estudios situada junto al Jardín de Andalucía y que sirve de escenario diario para muchos alumnos. Desde hace una semana, según cuentan, no quedan huecos libres. «La gente viene sobre las 9 de la mañana, dejan las cosas encima de la mesa y marchan a desayunar o a hacer tareas», comenta una estudiante.
Asimismo, estos alumnos piden que el Ayuntamiento habilite más salas de estudio 24 horas. «Hay muchos que estudiamos mejor por la noche, necesitamos más espacios nocturnos», expone una estudiante.
Otro de los problemas que algunos afirman tener es la conexión gratuita al WiFiconexión gratuita al WiFi. «Se cae muchas veces, incluso hay días en los que no puedes acceder a partir de las 22 horas por lo que te toca ir a casa a seguir estudiando», comenta uno de los estudiantes, quien añade que últimamente tienen que llevar cuidado con la luz, ya que se apaga y son los propios alumnos los que tienen que buscar los interruptores para volver a conectarla.
Respuesta municipal
Desde el Ayuntamiento, la edil de Juventud, Teresa Macià, señala que el horario del WiFi lo han limitado hasta las 22 horas, como medida cautelar ante las quejas de vecinos. «Muchas personas denunciaron que en verano los jóvenes se ponían alrededor de las salas de estudio para coger WiFi y estaban hablando y comiendo pipas hasta altas horas de la noche», afirma Teresa Macià, quien añade que cuando llegaron al gobierno se encontraron con multitud de denuncias que actualmente están intentando solventar.
Asimismo, según explica la edil del área, desde el equipo de gobierno están estudiando nuevas medidas que contenten tanto a alumnos como a vecinos. «Quizás la solución sea buscar zonas más adecuadas para los estudiantes y en las que no recibamos tantas quejas de vecinos», expone Macià, quien añade que hay salas de estudio muy próximas a bibliotecas por lo que concluye que estos espacios «deberían estar más repartidos».
