Cada año casi es la misma historia. El pasado año se hizo una limpieza extraordinaria para revertir la situación y, posiblemente, también se haga cuando el mercadillo que tiene lugar los martes y viernes en Arenales concluya, coincidiendo con el final del verano.

Pero lo cierto es que hasta que eso ocurra, la sensación de abandono es algo común que vienen a señalar vecinos, transeúntes y deportistas que pasan habitualmente por la calle Gran Vía. Es al principio de este vial, junto a la rotonda de entrada a Arenales, donde se coloca el mercadillo. A su término, durante la madrugada, los servicios de limpieza dejan como nueva la calle, pero no pueden ir más allá de este vial para limpiarlo. El resultado es que, inevitablemente, durante el mercadillo, el viento se lleva numerosas bolsas y papeles que llenan los solares y márgenes de las carreteras, ofreciendo así un aspecto indeseable para una zona turística.