La ciudad vive con otras sensaciones. Y es que son muchos los comerciantes ilicitanos que coinciden en que la economía está sufriendo un cambio al alza, a pesar de las dificultades económicas producidas por la crisis. Por ello, se palpa en el ambiente un aire de esperanza.

Sin embargo, esta alegría comentada entre los trabajadores de sectores como la hostelería o el calzado no es como la de hace años, pero sí parece positiva por el momento. «Se nota más movimiento, pero la gente no compra como antes», señalaba una trabajadora de una panadería ubicada en el centro de la ciudad. Las pasadas fiestas patronales también sirvieron de trampolín a muchos hosteleros que hicieron «su agosto» en este periodo.

Una empleada de una tienda de calzado apuntaba que «este año se ha producido un mayor movimiento por las calles y eso es muy positivo». Además, comentaba la importancia del turismo en la ciudad, ya que los extranjeros suelen hacer compras durante sus vacaciones. «Tras las fiestas, que es cuando la ciudad se queda un poco vacía, son los extranjeros los que salvan las economía», terminaba la empleada del calzado.

En conclusión, según las fuentes consultadas, el tejido empresarial de la ciudad parece que remonta el vuelo tras unos años donde el sector del comercio de la ciudad se había visto resentido.

Por último, con la llegada del mes de septiembre, los vendedores pretenden seguir con la línea creciente de ventas de los últimos meses, donde el consumo ha animado a los comerciantes del municipio y a sus ciudadanos.