La Asociación de Afectados por el Ruido de Elche realizó ayer una valoración insatisfactoria y negativa sobre el cumplimiento de la normativa acústica medioambiental durante las pasadas Fiestas de agosto por parte de las distintas partes implicadas.

Entre sus conclusiones se denuncia el incumplimiento del reciente fallo de la sentencia de 25 de mayo de 2015 del Tribunal Superior de Justicia que obliga al Consistorio a hacer realidad los objetivos de calidad acústica al exterior fijados en 55 decibelios diurnos y 45 decibelios nocturnos por la normativa estatal, autonómica y europea.

«Se ha constatado que los niveles acústicos máximos permitidos durante las fiestas se han superado de modo generalizado y con creces, vulnerándose los derechos fundamentales de los ilicitanos», indican desde esta asociación.

En concreto, aseguran que a este respecto han canalizado diversas denuncias de los vecinos residentes en las inmediaciones de Altabix, Torres Quevedo, Raval (colegio Reyes Católicos), o zona centro (colegio Ferrández Cruz), entre otras.

La asociación ha insistido en denunciar «el abuso de tantos días con la sucesión continuada de las fiestas de Moros y Cristianos y fiestas Patronales sin descanso, el descontrol y elevados niveles de sonido en la madrugada en zonas residenciales, la amplitud de los horarios de cábilas, cuartelillos y barracas, las mascletàs nocturnas» y la falta de información por el Ayuntamiento con suficiente antelación, entre otros asuntos.

Desde la mencionada asociación se mantiene que el decreto del Ayuntamiento que fijaba los horarios y permitía la instalación de barras en la vía pública no autorizaba a que se infringiera la normativa y se superaran, a criterio de la parte denunciante, los niveles acústicos máximos permitidos.

«Se recuerda que uno de los motivos de la nulidad del articulado de la ordenanza de protección contra la contaminación acústica ha sido la suspensión generalizada de la normativa acústica durante las fiestas Patronales y cualquier evento lúdico y deportivo», según se indicaba ayer.

En concreto, la asociación subraya que la noche del día 14 de agosto «fue un descontrol absoluto de sonido y alcohol en las calles, especialmente en la zona del centro histórico, con una desmedida acumulación de barras y equipos musicales sin limitador de sonido, incluido el botellón en el parque Jaime I, en un escaso radio de acción de apenas 500 metros».

La instalación de barras por los pubs del centro histórico en el día 14 se inició en el año 2012. «Este año nada ha cambiado y se ha continuado igual: sonido, alcohol, orines y excrementos humanos. La situación es insoportable para los vecinos y generadora de responsabilidad por parte del Consistorio», añaden las mismas fuentes.

La asociación reitera que intentó reunirse con suficiente antelación, un mes antes de las fiestas, con los nuevos responsables municipales, para tratar de evitar que se repitieran los abusos de los años anteriores y exigir el cumplimiento de la sentencia en Fiestas sin que los afectados hayan obtenido resultados. En esa reunión que se mantuvo, entre otras muchas propuestas, se sugirió la reducción de focos emisores de ruido (cábilas y cuartelillos) y la alternancia de su ubicación en distintos años.

La asociación espera ahora la reflexión del Ayuntamiento y «el ejercicio responsable de sus funciones en un futuro».