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Las pirotecnias, en vilo por la ley

La mayoría de negocios del sector se ven forzados a cerrar por una norma que les obliga a trasladarse a zonas industriales

Las pirotecnias, en vilo por la ley

Con la persiana bajada y perdiendo dinero. Así se encuentran la mayoría de pirotécnicos de la ciudad desde que el día 15 de agosto finalizara el plazo para adaptar sus establecimientos a la ley autonómica. Una buena parte de los negocios de fuegos artificiales de Elche se han visto obligados a bajar la persiana en plena temporada de verano, época que coincide con las fiestas patronales de los municipios vecinos y de mayor venta.

La última normativa de la Comunidad Valenciana exige a las pirotecnias trasladarse a una zona comercial e industrial, aislada de otras actividades y adaptar su reglamento del Ministerio del Interior. Sin embargo, los afectados han visto imposible adaptarse a estas imposiciones y han reclamado al Ayuntamiento apoyo para tener una moratoria y, mientras tanto, no dejar de trabajar.

En este sentido, una gran parte de los propietarios de este tipo de negocios han lamentado que en otras zonas del territorio valenciano no cumplan con la ley, mientras que en Elche se haya obligado a cerrar a todos los que no cumplen con la normativa. «Estamos indignados ante la medida, durante todos los años hemos ido adaptando nuestros establecimientos a los requerimientos europeos y ahora no podemos afrontar este gasto, no es justo», criticó Ángel Peiró, de Castillo Fuegos Artificiales Peiró.

Por su parte, entre los afectados, otros pirotécnicos denunciaron que, pese a estar en zonas industriales no cuentan con un permiso del Consistorio y están a la espera de que el técnico municipal regrese de vacaciones. «Estamos moralmente ofendidos con el Ayuntamiento porque no estamos haciendo nada ilegal y nos ha tocado cerrar y enfrentarnos a cuantiosas pérdidas», apuntó Francisco Marcos, de PiroElx. En su caso, aún cumpliendo con el requisito de asentarse en suelo permitido, el departamento municipal correspondiente no acepta un documento que según Subdelegación del Gobierno es válido, por lo que los periodos vacacionales le impiden resolver el entuerto burocrático, y mientras tanto le obligan a tener sus dos puestos cerrados, con las consiguientes pérdidas.

El ingeniero Juan Latour, que gestiona la puesta al día de varios establecimientos, aseguró a este diario que en Elche se da una situación muy concreta, puesto que la normativa autonómica obliga a disponer de un informe favorable de Urbanismo, con la circunstancia de que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) prohíbe establecer negocios de «grado de intensidad de impacto» igual o superior a cuatro en suelo no industrial, y ese es precisamente el grado que tienen las pirotecnias. Por ello, si hasta ahora los establecimientos de este tipo sobrevivían con permisos anuales renovables, ahora necesitan un informe urbanístico que no les conceden.

En Elche, otros muchos puestos se instalan sólo para las fiestas. Es el caso de los dos que regenta Victor Manuel Marcos, quien por el momento no se encuentra afectado, ya que según sostiene dispone de un permiso del Gobierno Civil hasta 2020, aunque la incertidumbre de cara al año que viene está servida. Por el momento, tan sólo una pirotecnia ha conseguido salvarse del cierre, al cumplir con las exigencias autonómicas y locales.

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