Las labores de baldeo de la ciudad tras las fiestas empezaron ayer, después de que se retiraran cerca 140 toneladas de residuos y basura de las calles. Tal y como afirmó el concejal de Limpieza y Urbanismo, Héctor Díez, la tarea se realizará «calle por calle, por lo que es muy difícil estimar el tiempo que durará la limpieza, que se puede alargar hasta tres meses».

El número de toneladas que recogió Urbaser durante los pasados días desde el 7 al 15 de agosto supera la cantidad del año pasado, en la que se recogieron 119,50 toneladas frente a las 128,70 de este año.

Desde el Ayuntamiento se ha afirmado que tan sólo en la Nit de l'Albà y tras el día de la Roà se recogieron 6 y 20 toneladas de basuras, respectivamente. Tras el desfile de la Gran Charanga se sumaron 10 toneladas más de residuos.

Dispositivo especial

Este año, además, se ha contado con un dispositivo especial de refuerzo, compuesto por un total de 40 conductores y 125 peones que han actuado en los diferentes días de las fiestas, con limpiezas vinculadas a actos o eventos.

Desde el Consistorio se comunicó que « del total de trabajadores 89 tuvieron que realizar horas extras, sobre todo en cuanto a la limpieza de la zona Centro, en la que los turnos llegaron a solaparse».

Durante la primera quincena de agosto el trabajo de los efectivos se concentró en las calles Reina Victoria, Corredora, Plaça de Baix, la Glorieta y el entorno Candalix y el Parque Jaume I, donde cientos de jóvenes se reúnen durante las fiestas para hacer «botellón», dejando tras de sí un gran número de bolsas, vasos y botellas.

La limpieza de recogida de las cañas también activó otro dispositivo especial destinado a sanear los restos del castillo de fuegos artificiales en todo el cauce y la ladera del río Vinalopó.

Tal y como afirmó el edil encargado del mantenimiento urbanístico, Héctor Díez, la limpieza completa de la ciudad no acabará hasta «los próximos tres meses, aproximadamente». Según Díez, «se debe tener en cuenta que no sólo se trata de volver a dejar como nuevo el casco urbano de la ciudad, sino también de hacer efectiva la limpieza en las pedanías y partidas rurales», que en Elche ascienden a una treintena.