La cuarta mascletá, lanzada ayer por la Pirotecnia Nadal Martí, fue «in crescendo», de menos a más hasta finalizar con un potente final.

Siete minutos aproximadamente de efectos de humo, color, silbatos, terremotos y bombardeos repartidos en dos partes. La primera correspondió a la aérea, que incluyó efectos de humo de color, de «tracker» (que simula al craqueteo del aceite hirviendo, según explicó Diego Nadal, el pirotécnico) y un guiño a la ciudad con colores verdes. Esa parte finalizó con un pequeño arrebato aéreo que dio paso a la segunda fase, el fuego terrestre acompañado con silbatos y serpentinas de color verde. A continuación, siete retenciones, grupos de truenos (el primero formado por 30 truenos, el segundo por 50, el tercero por 70, el cuarto por 80, el quinto por 90, el sexto por 110 y el séptimo por 160) de 35 segundos de duración cada una. Y todas acompañadas por serpentinas de color verde y silbatos. Luego dos fases de terremotos terrestres y cinco de bombardeos aéreos con explosivo final: un terremoto potente de un solo segundo. En total, casi 80 kilos de materia reglamentada que arrancó, un día más los aplausos del público. La anécdota es que se quemó parte del escudo floral de la ciudad que hay en Traspalacio.

El edil de Fiestas, José Pérez, recordó que para las próximas fiestas se va a estudiar cambiar la ubicación de las mascletás.