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Clientes y empleados de un banco arrebatan la pistola y reducen a un atracador en Matola

El asaltante, de 63 años y con antecedentes, no consiguió ningún botín y fue retenido hasta la llegada de la Policía

Testigos y vecinos comentan los hechos ante la sucursal. antonio amorós

Un hombre que intentó atracar una sucursal bancaria de Matola y que tuvo retenidos en su interior a dos clientes y dos empleados durante unos quince minutos fue ayer detenido por la Policía Nacional después de que los propios rehenes consiguieran arrebatarle una pistola que portaba y reducirle hasta la llegada de los agentes. El atraco frustrado ocurrió pasadas las 13 horas, cuando el hombre entró en la oficina disfrazado con gorra, una barba y bigote postizos y una nariz falsa, con un arma que resultó ser de fogueo en la mano y anunciando que «Se trata de un atraco, todos contra la pared», según uno de los clientes que estaba en el interior y que prefirió ayer no dar su nombre por temor a represalias.

Según explicaron los dos clientes a este diario, el atracador pidió inmediatamente a todo el mundo los teléfonos móviles y a los cajeros de la entidad que le entregaran dinero, a lo que estos le contestaron que a causa de un dispositivo de seguridad la apertura tardaría diez minutos. El atracador dijo entonces que esperaría, según relataron los testigos, y pasados diez minutos comenzaron a entregarle paquetes de billetes, que pretendía introducir en una bolsa que llevaba colgada. Ordenó a los clientes que le ayudaran a desenvolver el dinero y en ese momento se agachó, con el arma colocada en la cintura del pantalón. Uno de los clientes (un ciudadano de origen marroquí que estaba tras él), le arrebató el arma: «Pensé ¿qué hago... la cojo o no...? y la cogí y le dije ¡Al suelo!», relataba el hombre después de que la Policía Nacional se hubiera llevado ya al atracador.

Desarmado, el asaltante se vio rápidamente reducido por los dos clientes. Aunque se resistió, los dos empleados se unieron rápidamente al forcejeo, en el que el atracador perdió la barba postiza, y lograron inmovilizarle mientras daban aviso a emergencias. El ladrón frustrado, según contaban lo testigos, les pidió entonces que le dejaran marchar: «Decía que le soltáramos, que se iba sin nada, que no se llevaba el dinero», relataron ayer los clientes. La inmediata aparición de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y de Policía Local permitió detener rápidamente al hombre. La brigada local de Policía Judicial se hizo cargo de la instrucción mientras Policía Científica recababa pruebas en la sucursal.

Motocicleta

Al parecer, el hombre había llegado a Matola en una motocicleta «custom» con la placa de matrícula alterada con un rotulador, que aparcó en la esquina a dos casas de la sucursal. Estacionó frente a una peluquería en la que había varias mujeres. Una de ellas, aún con el tinte en la cabeza, contó a la Policía a las puertas del banco que les había llamado la atención el hombre: «Tenía una pinta sospechosa, lo hemos visto ir y venir como indeciso, cubierto con barba y gafas...».

El detenido tiene 63 años y numerosos antecedentes. La Policía Nacional de Elche le trasladó al Hospital General para que le prestaran atención médica en caso de que en el forcejeo hubiera sufrido alguna lesión. Los clientes y empleados del banco resultaron ilesos (a excepción del hombre marroquí, que sufrió daños en una mano) y fueron trasladados a la Comisaría de Elche para prestar declaración. Allí quedó detenido el presunto atracador, quien a la salida del Hospital aún llevaba restos de pegamento en la cara y la nariz postiza puesta.

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