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Una Palmera de récord

La Alborada derrocha potencia con el lanzamiento de 63.500 cohetes, cerca de 400 palmeras desde las azoteas y casi 3.000 carcasas de trueno que hicieron retumbar edificios y oídos

Una Palmera de récord

Los instantes previos al lanzamiento de la Palmera de la Virgen volvieron a ser anoche los más mágicos en la Nit de l'Albà. El silencio se apodera de las terrazas al mismo tiempo que la oscuridad toma la calle, los adultos susurran a los niños que no alboroten y los que más cerca están de la basílica de Santa María se tapan con cartones y hasta paraguas para protegerse de la posible caída de cañas. A la hora exacta se encendió la mecha de 20 metros desde el Campanario dejando una estela de fuego dorado... y subió con un sonoro siseo al cielo la Palmera de la Virgen, con dimensiones que sorprenden siempre a los que la ven por primera vez y que emocionan a los ilicitanos: unos trescientos metros de altura, para que sea visible desde muchos kilómetros de distancia, y unos 250 metros de diámetro, para abrazar varias calles y edificios en torno a Santa María, en los que la Policía Local prohibió permanecer al descubierto para evitar quemaduras y heridas por caída de cañas.

Los ilicitanos respondieron anoche a la llamada del Ayuntamiento de apagar las luces de sus casas y de los bajos comerciales, aunque algunas tiendas y comercios que tienen programados sus carteles luminosos impedían que la oscuridad fuera total. Por segundo año consecutivo Iberdrola decidió no cortar el suministro eléctrico de forma automática como se venía haciendo cada año, mientras que el Ayuntamiento si apagó el alumbrado urbano de la calles.

Todo ello fue al filo de la medianoche, después de 45 minutos de absoluto derroche de pólvora. La Pirotecnia Ferrández disparó desde nueve azoteas 390 palmeras de todos los colores, algunas con intermitencias y efecto perlado (doscientas de ellas fueron sufragadas por vecinos, asociaciones o empresas particulares y el resto por el Ayuntamiento). Otra decena de ubicaciones a ras de suelo sirvieron para lanzar un total de 63.500 cohetes de diversos calibres, 2.300 carcasas de trueno, 300 de pito y 190 de palmeras especiales de tronco y oropel, algunas de las más buscadas con la mirada en una noche en la que la vista se pasea por la panorámica de la ciudad sin tregua, sin poder detenerse porque el espectáculo es continuo. El inicio fue más tímido y después de la cohetá se animó, comenzando a ser más seguido el disparo hasta un terremoto final que daba pie al cierre de la Palmera de la Virgen, precedida como siempre por el sonido del Gloria. Aromas Ilicitanos se entonó en muchas terrazas mientras la silueta de la Verge de l'Assumpció se iluminaba en la torre.

Miles de ilicitanos y miles de visitantes optaron por los tejados, algunos se congregaron en calles de las más populares para seguir la Nit de l'Albà (sobre todo la avenida de la Comunidad Valenciana o la del Alcalde Vicente Quiles) y otros se «encaramaron» a los puentes del Bimil·lenari o de la Generalitat para divisar una vista más completa de un cielo repleto de colores y destellos en el que un poco de viento habría ayudado a que el humo entorpeciera menos la estampa.

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