Casi noventa festeros del bando de la cruz y del de la media luna se enfrentaron anoche en uno de los espectáculos más llamativos y ruidoso de las fiestas patronales, el tradicional Alardo llevado a cabo por la Asociación Festera de Moros y Cristianos y que tiene lugar entre la calle Vicente Blasco Ibáñez y el puente de Altamira.

La cruenta batalla entre moros y cristianos contó con más de 5.000 disparos de arcabuz y 73 kilos de pólvora que ensordecieron a los cientos de ilicitanos, y también turistas, que se agolparon en el recorrido del Alardo.

Durante la hora que duró el acto, el centro de la ciudad ensordeció por el ruido de los disparos de los arcabuces. Un espectáculo que, cada año, es contemplado con admiración por el público asistente y que sirve de preludio a la representación de la Embajada mora y cristiana que tuvo lugar, posteriormente, en el Palacio de Altamira.

Participación

Este año, el número de participantes en el Alardo se ha incrementado hasta llegar a los 88 (dos más que el año anterior) y las mujeres siguen animándose cada vez más a participar en una actividad que en los primeros años fue casi exclusiva de hombres.

Un total de 15 festeras tomaron parte en el disparo de los 73 kilos de pólvora repartidos con las premisas esenciales de seguridad de cada año: disparar hacia arriba y no de lado, a una distancia de seguridad de otros participantes y sin poner más de una carga.