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Dan por hecho que habrá que hacer más catas aunque el Mercado no se derribe

El Ayuntamiento asume que habrá que encargar nuevos trabajos arqueológicos independientemente de si sale adelante la opción de la concesionaria de levantar un nuevo edificio o bien se opta por la reforma

El Mercado Central de Elche, antes de que se cubrieran los restos arqueológicos anexos. sergio ferrández

El Ayuntamiento de Elche contempla que se van a realizar catas arqueológicas en el actual edificio del Mercado Centralcatas arqueológicas . Desde la Concejalía de Urbanismo se da por hecho que sí o sí se tienen que realizar esos trabajos, no sólo para conocer si existen nuevos restos históricos, sino también por razones meramente técnicas.

El caso es que el Consistorio da por hecho que, tanto si se lleva a cabo el proyecto defendido por Aparcisa, la empresa adjudicataria y que incluye, entre otras acciones, derribar el actual inmueble y construir 300 plantas de parking subterráneo; como si finalmente se decide apostar por la rehabilitación de la actual edificación, se tendrán que acometer catas arqueológicas.

La cuestión que surge entonces es quién pagaría esas catas. Está claro que si finalmente la concesionaria de las obras puede continuar con el proyecto que le fue adjudicado legalmente en concurso público por el anterior ejecutivo local, el coste de las catas correrá a cargo de la iniciativa privada.

La duda surge en el caso de que finalmente salga adelante la opción de la rehabilitación, que es la que defiende el tripartito, el cual, sobre todo, se niega a que haya un aparcamiento soterrado. Desde la Concejalía de Urbanismo se indica que todavía es pronto para conocer quién podría hacer frente a ese desembolso en caso de que se efectúen catas previas a una reforma integral del edificio.

Pero una cosa está clara: si finalmente se opta por la rehabilitación, Aparcisa, ni de lejos, aportará un euro, por lo que todo apunta a que el coste deba ser asumido por las arcas municipales, por los propios placeros presentes y futuros que se asienten en el edificio rehabilitado o, bien, por ambas partes interesadas.

Por otro lado, desde el Ayuntamiento se asegura que las medidas cautelares que los tribunales dictaron en junio continúan vigentes y, por tanto, los 14 placeros (9 según Aparcisa) que continúan vendiendo género en el edificio tradicional, no tienen previsto de momento llevar a cabo ningún traslado. Con respecto a la reagrupación de todos los vendedores en la planta baja, tampoco ha trascendido cuándo se podría llevar a cabo.

Mientras tanto, los cerca de 40 minoristas que se encuentran trabajando en el mercado provisional siguen en una especie de limbo. Por un lado, se sienten inmersos en una gran inquietud ya que el actual equipo de gobierno ya ha dejado claro que no va a permitir que se excaven tres plantas de sótano tan cerca de unos baños árabes del siglo XV, algo que consideran imprescindible para la supervivencia de sus negocios. Pero, por otro, en principio habrían renunciado a sus derechos en el caso de que contemplaran regresar al antiguo edificio del Mercado Central.

Su posición es muy complicada ahora porque se encuentran en una instalación provisional en la que tienen que pagar un canon a la concesionaria privada y donde el tiempo corre en su contra. El malestar es evidente y se agrava día tras día.

En marzo de este año, antes del cambio de gobierno de mayo, se apuntaba la posibilidad de que, si todo marchaba bien, en noviembre hubieran podido comenzar las obras para hacer realidad el nuevo Mercado, que también incluye musealizar los actuales restos arqueológicos anexos y la peatonalización de la calle Corredora.

En este momento, todo continúa paralizado a la espera de ver en septiembre cómo se desarrollan los acontecimientos.

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