Los pirotecnias ilicitanas han lanzado la voz de alarma ante el posible cierre de sus establecimientos a partir del 15 de agosto, salvo que se trasladen a lugares autorizados por la nueva normativa. Uno de los afectos, Ángel Peiró, decía ayer a este diario que «llevamos más de treinta años con licencias anuales», y no entiende cómo ahora la administración se niega a que sigan en la misma situación.
Y es que, según indicó Ángel Peiró, de todos los establecimientos de Elche, sólo uno se está preparando para realizar el traslado a una zona autorizada por la nueva legislación. Por eso, temen que una vez que alguna de las firmas pirotécnicas se adapte a la normativa, se exija al resto que procedan de la misma manera, y salgan mal paradas las que no disponen de recursos para afrontar un traslado.
Ángel Peiró pidió al Ayuntamiento «protección y pan, para poder seguir comiendo, pues si nos quitan la licencia de mi precioso "castillo" no podré comer».
Los pirotécnicos ilicitanos también lamentan que la administración les obligue a realizan una gran inversión para poder seguir en activo, después de que hace unos años, en 2013, tuvieran que gastar más de 30.000 euros, en algunos casos, para adaptarse a las medidas de seguridad del reglamento europeo.