La Sala Tercera del Tribunal Supremo ha anulado la jubilación forzosa de un médico de Atención Primaria de Elche al inadmitir un recurso de casación interpuesto por la Conselleria de Sanidad en este sentido. La citada jubilación forzosa se produjo al serle denegada al médico la prórroga en el servicio activo por el gerente del departamento de salud de Elche-Hospital General en octubre de 2011.

El proceso judicial en defensa del citado médico ha sido llevado por los servicios jurídicos del sindicato CSI·F en Alicante, desde donde se inició un proceso que ha concluido ahora, casi cinco años después, al reconocerse el derecho a la prolongación en servicio activo hasta el máximo de 70 años. Se trata de la primera ocasión en la que el Supremo da la razón a un médico en este sentido, ya que ningún caso de los que han llegado al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana había pasado al Supremo.

Este proceso judicial ha deparado también que el citado médico tenga que ser indemnizado en la cantidad resultante de la diferencia existente entre la pensión de jubilación y la retribución en activo asignada al puesto que ocupaba hasta su reposición en el mismo o, en su caso, jubilación definitiva por edad, 70 años, o por pérdida de aptitud. Junto a ello, se ha condenado en costas a la Administración, obligándola a pagar 3.000 euros.

Este médico fue uno de los primeros en la Comunidad Valenciana al que se le denegó la prolongación en el servicio activo y podría incorporarse a su puesto de trabajo por ejecución de la sentencia del Supremo al no haber cumplido aún los 70 años y no serle de aplicación el Plan de Reordenación de Recursos Humanos de las Instituciones Sanitarias Dependientes de la Conselleria de Sanidad aprobado por acuerdo del Consell del 7 de junio de 2013. La denegación de la prórroga se produjo incluso a pesar de que el citado facultativo cumplía con los requisitos exigidos por la Administración para ello, como es un informe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales que certifica que el trabajador estaba perfectamente capacitado para continuar en activo laboralmente.

La gerencia del departamento del Hospital General de Elche argumentó la negativa a que el médico, que trabajaba en el centro sanitario de San Fermín, siguiese en activo, como solicitó, por razones organizativas de necesidad del servicio.