El Ayuntamiento de Elche modificará la ordenanza municipal de edificación para que, en última instancia, la promoción de nuevas viviendas no se convierta en un calvario para los vecinos que acuden a veranear a la playa y les ha tocado una obra en construcción al lado.

El edil de Urbanismo, José Manuel Sánchez, explica que, a raíz de la queja de un grupo de vecinos de Arenales del Sol, que han denunciado en varias ocasiones que la maquinaria pesada que se encuentra trabajando en un solar cercano provoca que se levante cuantioso polvo que acaba en sus terrazas, balcones y en el interior de sus viviendas, su concejalía se ha puesto manos a la obra para intentar paliar esta situación.

Así las cosas, personal del Ayuntamiento se ha reunido con los afectados, para interesarse por sus quejas, y también se ha puesto en contacto con los promotores de obras de la zona para trasladarles la situación que se ha generado. En ambos casos, según fuentes municipales, la colaboración y el interés por buscar una solución al problema han sido coincidentes.

Tras recabar información, desde la Concejalía de Urbanismo se ha anunciado que está previsto llevar a cabo una modificación de la normativa local de edificación, de tal modo que se limite total o parcialmente el movimiento de tierras y excavaciones durante el periodo estival.

Posiblemente se aplique entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, pero este plazo está todavía pendiente de estudio, así como el alcance de la suspensión de estos trabajos solo en las playas ilicitanas, no en el resto de municipio.

Sánchez señala que aunque esta normativa ya no da tiempo a que se apruebe para su aplicación de cara a este verano -de hecho se están revisando normativas similares que al parecer están vigentes en Santa Pola o Palma de Mallorca-, sí que determinados constructores se han mostrado favorables a autolimitarse o corregirse en sus trabajos en la costa para no generar mayores molestias, durante el progreso de las obras, a residentes, turistas o bañistas.

Esta reacción municipal viene dada a consecuencia de las quejas de un grupo de propietarios de Arenales del Sol que, desde el pasado mes de junio, vienen denunciando que una promoción de viviendas próxima está provocando que debido a los continuos movimientos de tierra y a la acción del viento, buena parte del polvo termine por depositarse en sus propiedades.

Las quejas no hubieran ido a mayor si no fuera porque los inquilinos aseguraban que cada día se despertaban con una nueva capa de polvo.

El Ayuntamiento confía que de cara al próximo verano ya esté en vigor la nueva normativa.