Los placeros echan la vista atrás para rememorar cómo en 2005, con Diego Maciá como alcalde, ya se empezaron a hacer visitas a Barcelona para ver qué modelo de mercado se quería. La decisión final, consensuada con vendedores del mercado, Asociación de Comerciantes y Ayuntamiento, fue crear un mercado con 300 ó 400 plazas de aparcamiento que revitalizara el centro aseguran los vendedores.
En 2007, con Alejandro Soler como alcalde, presentaron un proyecto de mercado, «casi idéntico al actual», con tres plantas de aparcamiento, y, «apoyados por el alcalde, iniciamos los trámites oportunos para la ejecución de este proyecto». Los comerciantes tuvieron que realizar un estudio de viabilidad comercial, con un coste de 18.000 euros, «y a pesar de que este proyecto se había presentado a todos los partidos políticos y a un sinfín de asociaciones y colectivos», se hizo una presentación a todos los ciudadanos en el Centro de Congresos en el que el alquiler de la sala costó casi 2.000 euros, además de un vídeo promocional, «que nos costó 3.500 euros gracias a la nefasta gestión de un miembro entonces de la junta, y que hoy está en el mercado viejo defendiendo una rehabilitación».
Los afectados señalan que en 2011, con Mercedes Alonso como alcaldesa «y aunque en principio criticaba que una empresa privada construyera en suelo público (... ), se da cuenta que la única manera de acometer esta obra es con dinero privado». El PP sacó a concurso el proyecto y firmó el contrato que ahora el ejecutivo ha decidido paralizar a la espera de reunirse con las distintas partes.
