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Bicicletas, un vehículo más

Los ciclistas olvidan a menudo que deben cumplir las normas de circulación como conductores

Bicicletas, un vehículo más

El uso de bicicletas se ha intensificado en los últimos años, tanto para desplazamientos dentro de la ciudad como deporte en la montaña, y con ello se dan más accidentes y más incidentes entre los ciclistas y el resto de usuarios del espacio urbano. La Policía Local ha detectado que a menudo hay personas que se mueven en bici pero que desconocen algunas de las normas más elementales, y a raíz de eso prevé poner en marcha acciones informativas y formativas, algo que se tendría que desarrollar de la mano de Pimesa (gestora de «Bicielx»). Para empezar, algo que muchos ciclistas olvidan es que no son peatones, sino conductores de un vehículo, y como tales no deben circular por la acera sino por la calzada, tal y como recuerda el intendente principal de la Policía Local, Jesús Andreu, excepto cuando existan carriles bici o vías ciclistas.

Cuando esos trazados especialmente pensados para el ciclista discurran sobre la acera, entonces hay que tener en cuenta que el peatón tiene preferencia. Resulta importante porque en algunas zonas de la ciudad los carriles bici invaden prácticamente todo el espacio de la acera, y eso obliga a que los peatones no tengan otro espacio, de modo que el ciclista no puede esperar que se aparten o caminen por la calzada. Así, se han dado situaciones en las que el exceso de confianza o de velocidad de los ciclistas han hecho que arrollaran a niños, personas mayores o vecinos que simplemente salían de su casa o de un comercio en una acera con carril bici.

Algunos de los errores más comunes de los ciclistas provienen precisamente de que olvidan que son conductores y que por lo tanto tienen que cumplir las normas de circulación del mismo modo que las motos, sin saltarse semáforos, sin cruzar pasos de peatones (en los que, de nuevo, no tienen preferencia ya que no son peatones) o señalizando los giros y maniobras con los brazos a modo de intermitentes, pegados al lateral (habitualmente al derecho, si no conviene mejor a su destino otro), en dirección correcta... Sí hay, en algunos puntos de la ciudad, pasos que cruzan las calzadas especialmente habilitados para ciclistas (en los que las rayas de cebra no están pintadas por completo, sino parcialmente en sus extremos). Tampoco es para ellos el carril reservado para vehículos especiales, como autobuses o taxis.

Al final, en la mayoría de situaciones se trata de aplicar el sentido común y la Ley de Tráfico, que tal y como recuerda Jesús Andreu insta a «no entorpecer indebidamente la circulación, ni causar peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas o daños a los bienes». Los conductores, prosigue la ley, deben adoptar las medidas necesarias para la seguridad de otros usuarios, especialmente de niños, ancianos o personas con discapacidad.

Por otro lado, deben tener en cuenta que en las bicicletas diseñadas para una persona sólo se puede transportar a niños menores de siete años en asientos adicionales, siempre homologados, pero no a otros adultos ni detrás del sillín ni sentados sobre el manillar.

Montaña

En la agrupación local de DYA constatan que en los últimos meses cada vez se atienden más accidentes de ciclistas en la montaña, especialmente porque se ha popularizado como deporte y porque llega el buen tiempo. En este sentido, el Seprona de la Guardia Civil recuerda que no se puede circular por senderos que no estén señalizados o pistas forestales y que lo contrario se castiga con sanciones económicas.

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