Doce años llevan los familiares de Miguel Lloret Candela esperando para esclarecer la muerte del conocido profesor de Elda, cuyo cadáver fue encontrado en una calle de La Mata en enero de 2003 con signos de haber sido atropellado. Precisamente su última mujer y su hijo son los acusados por un supuesto delito de asesinato con el agravante de parentesco, por el que fueron detenidos en 2006 y por el que el fiscal les pide veinte años de cárcel. Pero habrá que esperar al menos otros cinco meses más, puesto que ayer se volvió a suspender un juicio que ya se pospuso en diciembre por la falta de un abogado (el de la acusación particular, que no se presentó) y que ayer se anuló porque las escuchas telefónicas que practicó la Guardia Civil no están minutadas, es decir, que en las transcripciones no consta la fecha, la referencia al minuto y segundo o al CD al que corresponden. La próxima fecha será entre finales de octubre y principios de noviembre, cuando la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante con sede en Elche encuentre un hueco en una agenda ya de por sí desbordada.
Ese «fallo de la instrucción», como lo calificó la defensa, tendrá que ser subsanado ahora por las partes, puesto que si se quiere hacer referencia a una conversación para que el jurado la tenga en cuenta se tiene que dar la posibilidad de escuchar el contexto si así lo pide la otra parte. Así que el tribunal tuvo que escoger ayer entre dos opciones: Volver a suspender o reproducir íntegramente todas las cintas, algo que se consideró inviable puesto que se trata de una quincena de CDs de unas dos horas de duración cada uno. Hubo por tanto que disolver el jurado, cuyos miembros y suplentes habían sido ya seleccionados.
Según la calificación provisional del fiscal, los dos acusados -que se encuentran en libertad con cargos- habrían esperado a la víctima a la salida de un restaurante de La Mata (Torrevieja) después de un encuentro la noche del 24 de enero de 2003, y le habrían atropellado deliberadamente dejándole agonizando en la calle, donde fue encontrado muerto al día siguiente. El hombre tenía 71 años cuando falleció y estaba jubilado, aunque era conocido en Elda por haber dirigido durante décadas una academia educativa privada. Sus otros hijos, de un matrimonio anterior, ejercen la acusación particular.
Hipótesis
Los acusados, por su parte, han negado siempre los hechos y su defensa plantea que la Guardia Civil de Torrevieja dejó sin investigar otras hipótesis, asegurando que la sangre o un cabello que aparecieron en la camisa del hombre no pertenecen a los acusados y podrían situar en el crimen a otra persona. Asimismo, la defensa plantea también que el hombre no falleció tras salir del restaurante sino que puede aportar testigos que le vieron con posterioridad en otros lugares. En cualquier caso, el juicio se prevé largo puesto que las partes han citado unos cincuenta testigos.
