«Un edificio vulgar, hermético, descontextualizado, que se cierra al entorno por razón de su negocio, que no hace ciudad en un punto tan importante y neurálgico de nuestro centro histórico. Lamentable, realmente lamentable». Así calificaban ayer miembros de la plataforma Salvem el Mercat el nuevo Mercado Central de Elche que está previsto que se construya, en sustitución del actual, a finales de este año.
Tras darse a conocer el jueves las primeras imágenes y vídeos que recrean cómo será el nuevo inmueble, el movimiento que está totalmente en contra de su derribo y a favor de que se haga una consulta popular sobre su futuro cree que se está a tiempo de evitar esta iniciativa del gobierno local del PP.
«Todo eso lo podremos tirar para atrás el próximo mes de mayo y, a partir de ahí, exigir responsabilidades a los culpables de los actos contra el bien común de los ilicitanos, si la justicia así lo entiende necesario. Hasta entonces seguiremos intentando impedir, con nuestros argumentos, este absurdo proyecto de destrucción de nuestro patrimonio», indicaban ayer desde la citada plataforma.
«Burla intolerable»
La misma cree que se puede dar marcha atrás en «la venta ominosa, a precio irrisorio, de nuestro patrimonio, el Mercat Central d'Elx; el PRI aprobado "ad hoc" para llevar a cabo tamaño disparate, recurrido ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana» y «la burla intolerable del mandato del pleno del Ayuntamiento de Elche de paralización inmediata del expediente, del mes de Julio pasado, anterior a la adjudicación del contrato».
También la plataforma quiere revertir «la destrucción "vandálica" del parque de la avenida de la Comunitat Valenciana, situado junto a la pasarela; y el ninguneo sistemático de la opinión pública y de sus representantes políticos por medio de procedimientos faltos de la más elemental medida de transparencia y participación ciudadana».
El proyecto del nuevo Mercado Central de Elche recoge que tendrá tres plantas con 300 plazas de aparcamiento subterráneo, un sótano para una superficie comercial, así como una planta baja para 42 puestos para los placeros, más 13 pequeños (2 x 2 metros) espacios exteriores. En la primera planta seguramente habrá tiendas, mientras que en el tejado se prevé habilitar terrazas y locales de restauración.
Las obras durarán entre 16 y 20 meses y supondrá una inversión privada de 11 millones de euros. Se actuará sobre 25.000 metros cuadrados y previamente se acometerán unas catas arqueológicas para confirmar que bajo el actual edificio no quedan restos de los baños árabes del siglo XV. En el caso de que así sea, serán inventariados y se guardarán en un lugar adecuado, informó el jueves Álvaro Gordillo, representante de Aparcisa, la empresa adjudicataria de la obra.
Preguntado el representante si le preocupaba a la empresa que el PP, prácticamente el único partido que apoya esta adjudicación y concesión durante 40 años, no siguiera gobernando en las elecciones mayo y que se paralizara el proyecto, éste indicó: «Preocupa, pero no demasiado. Hemos firmado un contrato con la Administración pública y todo ha sido hiperrigurosísimo», para añadir que en caso de no cumplir con el contrato, el Ayuntamiento «tendrá que asumir las consecuencias de ello».
