Un militante del Grupo Antimilitarista Tortuga ha sido juzgado este lunes en un juzgado de Instrucción de Elche como presunto autor de una falta de desobediencia a la autoridad cometida, supuestamente, en el transcurso de una protesta contra una jura de bandera castrense celebrada en la ciudad el 8 de junio del pasado año.

Según fuentes de esta plataforma pacifista, el activista fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Fiscalía ha solicitado para el pago de una multa de 340 euros, a razón de ocho euros diarios durante un mes, para el acusado. El Grupo Antimilitarista Tortuga ha convocado antes del juicio una movilización a las puertas de la Ciudad de Justicia ilicitana para respaldar al acusado.

El acusado ha negado ante el juez que desobedeciera las órdenes de los agentes desplegados en el lugar de los hechos, el Paseo de la Estación, justo enfrente de la oficina municipal de turismo. En esta línea, un compañero del activista, ha asegurado a Europa Press que el atestado policial "es totalmente falso". "Estábamos detrás de las vallas que habían puesto, pero los policías empezaron a empujarnos y a insultarnos y decidimos que no nos íbamos a mover más", ha agregado.

Esa movilización fue convocada por el colectivo con motivo de una jura de bandera de soldados pertenecientes a la Academia General del Ejército del Aire, con base en la localidad murciana de San Javier. En su organización participaban tanto el Ayuntamiento ilicitano como una cofradía local de Semana Santa, la Hermandad de Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Estrella, que festejaba su vigésimo quinto aniversario.

ASí, tras la detención el activista fue conducido a comisaría, donde estuvo alrededor de una hora antes de quedar en libertad. Finalmente, los hechos fueron calificados como una falta de desobediencia a la autoridad por el Ministerio Público.

Este lunes, el acusado ha tratado de leer un escrito donde exponía su versión de lo sucedido, pero debido a la brevedad del juicio ha tenido que hacerlo verbalmente. Esos argumentos, que han sido publicados en la web del colectivo, resumen que la intención de los manifestantes era "realizar una denuncia social" de la jura de bandera, siempre "de forma pacífica y dentro de los límites legales".

También pretendían "evitar la confrontación con los agentes y con las personas asistentes al acto" para evitar que "éstas pudiesen sentirse ofendidas", por lo que se situaron "alejados de los cordones policiales", en un lugar donde fuesen visibles las pancartas, donde podía leerse "Ejércitos no" y una frase pacifista copiada de la Biblia, en este caso porque uno de los organizadores de la jura de bandera era una cofradía religiosa.

"En la acción participó un menor de unos ocho años e incluso una mascota. El lugar donde desplegamos nuestras pancartas no fue el Paseo de la Estación, como dice el atestado policial, sino el Portell de Granyana, lejos del acto militar y fuera del recinto delimitado por la Policía mediante una cinta de balizar que solo cortaba parcialmente el paso a peatones a partir de la entrada a un parking subterráneo de vehículos del Paseo de la Estación", añaden los antimilitaristas.

"MALOS MODOS"

El denunciado sostiene que en ningún momento sobrepasó el cordón policial, contrariamente a lo que se afirma en el atestado. Asegura que él y sus cuatro compañeros estaban a unos diez o quince metros del punto donde se celebraba el acto. Sin embargo, según su testimonio, los policías se dirigieron a ellos "de muy malos modos" y les empujaron para tratar de alejarles.

"Un compañero rodó por los suelos al ser empujado cuando tenía sus piernas bloquedas por una valla. Otro fue insultado por dirigirse en valenciano a un agente. El trato de la policía fue muy violento y desagradable", ha explicado el acusado, que ha admitido que se negó a abandonar el lugar "en ejercicio" de sus derechos civiles, ya que la orden de las fuerzas del orden no se "ajustaban a la legalidad".

El activista ha denunciado acabó engrilletado tras mantener una discusión con uno de los funcionarios policiales, a quien le recriminó la falta de amparo legal de su actuación. Según su versión, ese mismo policía lo vio después en comisaría, donde fue trasladado como presunto autor de delitos de resistencia y desobediencia a la autoridad, y le dijo: "Esto es lo que os pasa por echarle pulsitos a la Policía".