Resignado por la derrota, por la deficiente actuación arbitral y por la alarmante falta de jugadores del Elche, el entrenador franjiverde intentó anoche poner buena cara al mal tiempo y enviar un mensaje optimista sobre el compromiso de su equipo para intentar salir del descenso al que ha vuelto a caer.

Se quejó Escribá especialmente de la expulsión de Damián Suárez, que puede perderse el próximo partido ante el Rayo, y de gol legal anulado a Víctor Rodríguez, aunque tampoco quiso «hacer sangre» con Gil Manzano, autor del desastroso arbitraje del miércoles en el Calderón, que anoche perjudicó especialmente al Elche.

«Quiero ser respetuoso con los árbitros, aunque se cometan errores», destacó el técnico valenciano. «Pero no sirve de nada quejarte, y menos en un equipo pequeño porque, después, en el partido siguiente, es aún peor. ¿Qué vamos a hacer? Aguantarnos».

El entrenador franjiverde se mostró «convencido» de que Damián Suárez no toca al jugador del Granada en la acción que le supuso la segunda amarilla. «Vamos a recurrir esa tarjeta», anunció, «y confiamos en que prospere el recurso porque somos pocos y, lo que faltaba, el domingo que viene (por el lunes) lo mismo me toca jugar a mí».

Escribá recalcó que su vestuario estaba «fastidiado» tras la derrota en Los Cármenes. «Además de la expulsión, ya en el descanso sabían que el gol estaba mal anulado. Venían ilusionados con sacar, al menos, un empate, pero seguro que se levantarán como hacen siempre», aseguró.

Sobre el desarrollo del partido, el preparador reconoció que su equipo no empezó bien, pero se fue entonando a partir del primer cuarto de hora. «Si el gol que marcamos hubiera subido al marcador», conjeturó, «podríamos habernos ido por delante al descanso y tal vez hubiera sido decisivo porque parecía claro que ninguno de los dos equipos iba a marcar muchos goles».

Preguntado sobre el golpe moral que puede suponer caer de nuevo a zona de descenso, Escribá destacó que su equipo sólo piensa en «seguir, entrenar y preparar el próximo partido porque todos los puntos son importantes y vamos a trabajar para mejorar esta situación».

Por su parte, el entrenador del Granada, Abel Resino, consideró «merecida» la victoria de su equipo, que le permitía momentáneamente escapar del ascenso, y discrepó de las críticas a Gil Manzano por entender que el árbitro estuvo «bien». «Hemos ganado un partido clave ante un rival directo y tiene esta victoria sabor a seis puntos porque nos permite engancharnos a la pelea», concluyó.