Colas, malestar, quejas, sorpresa y, prácticamente, locura. Todo esto se dio cita ayer en la primera jornada (y ya última) de apertura de la caseta de la plaça de Baix en la que tradicionalmente se ponen a la venta las entradas para la Cabalgata de los Reyes Magos.

Mucho tiempo antes de que se abriera, un larga cola avisaba de que iba a ser un día complicado. Mucha gente creyó que se abría la caseta a las 10 (como el año pasado) y no a las 12 horas, por lo que la cola fue en aumento y, con ello, las quejas y el malestar. Los más adictos a Internet insistían en que la apertura era a las 10, pero desde el Ayuntamiento reiteraba que en su web y redes sociales, incluso en el cartel informativo de la propia caseta, ponía que el viernes era de 12 a 20 horas y los siguientes días de 10 a 20 horas.

El caso es que la indignación era tal (el propio edil de Festejos, Justino Delgado, se acercó a dialogar con los vecinos) que se decidió abrir antes de hora la caseta.

Pero aún así la locura por conseguir una de las 5.000 sillas, a 1,5 euros (mismo precio del año pasado) no fue a menos, sino a más. De hecho, sobre las 17.30 horas se agotaron todos los asientos, algo que no había ocurrido en un único día. A las cerca de 400 personas que estaban en cola y se quedaron sin silla, el Ayuntamiento ha prometido que les llamará y probablemente hoy puedan recoger su tique, ya que se van a habilitar unas 800 sillas más.

La expectación es tanta este año que se espera una Cabalgata muy jaleada y sobre todo arropada por cerca de 100.000 personas este lunes, a partir de las 18.30 horas.