Tradición y fe se dan la mano para vivir juntas durante los próximos días las fiestas de la Venida de la Virgen. Unas celebraciones entrañables, por todo lo que les rodea, que ayer arrancaron de forma oficial con el emotivo pregón que ofreció el coordinador municipal de Cultura, Pablo Ruz Villanueva.

El Gran Teatro vivió uno de sus días grandes ante el estallido de fervor hacia la Mare de Déu, que el pregonero tuvo muy presente en cada una de sus palabras, acompañadas por una vistosa puesta en escena donde no faltó la música, la danza y, para sorpresa del público, el guardacostas Francesc Cantó y su caballo.

Pablo Ruz empezó su discurso trasladando a los espectadores hasta el 29 de diciembre de 1370, cuando Cantó halló el arca con la Virgen de la Asunción en la playa del Tamarit.

Tras recrearse el hallazgo en el escenario, el pregonero dijo que «soy de una tierra revestida de sol, donde las palmeras son templos que Dios quiso se quedaran para servir de marco único, para ser testigos eternos de la llegada de quien sería para siempre proclamada como madre, reina y señora. Soy de una tierra bañada de tradición y de solera en la que los ángeles pasean por sus calles en agosto, en la que el cielo de tela pintada se abre para que de él se derrame la gloria misma...».

«Elche es así, ¡es fiesta!», exclamó Ruz, a la vez que explicó que «Elche tiene alma festiva porque sabe bien trabajar, sudar, labrar el futuro y el porvenir de sus hijos. Elche sabe de esfuerzo, de voluntad... y por eso sabe bailar, danzar... y la danza ha formado parte de nuestra forma de expresar cuánto amamos lo que somos y cuánto amamos a la Mare de Déu en estas fiestas suyas de su venida a Elche».

El pregonero también tuvo palabras para las personas que ya no están, y que forman parte de la historia de cada ilicitano. Y es que Ruz aseveró que «ser ilicitano es una de las cosas más hermosas que nos puede pasar en la vida».

Las palabras de Pablo Ruz fueron muy aplaudidas por los presentes en el acto, y al finalizar recibió, de manos de la alcaldesa Mercedes Alonso y del presidente de la Sociedad Venida de la Virgen, José Antonio Román Parres, una réplica de la figura del guardacostas Francesc Cantó.