El Seprona de la Guardia Civil ha llevado a cabo a lo largo del pasado mes una batida por los talleres mecánicos, de chapa y pintura, electrónica, de neumáticos de Elche, Santa Pola y Crevillent para comprobar que, año tras año, siguen detectándose deficiencias administrativas y de gestión de residuos en un alto porcentaje de estos negocios, en cada caso con distintos niveles de gravedad. Las actas que levantan en cada una de esas visitas se envían al Ayuntamiento y a las consellerias de Medio Ambiente e Industria, a cada una con las anotaciones que corresponden a su competencia pero también con un detalle global de las infracciones detectadas y con los antecedentes, pues en algunos casos las deficiencias vienen de lejos. Desde la patrulla del Seprona de Elche lamentan que encuentran de un año para otro algunos negocios que arrastran las mismas irregularidades o que simplemente se han cambiado de lugar para evitar las sanciones y continuar con las mismas carencias, que en muchos casos no tienen solución por incompatibilidades urbanísticas o por defectos estructurales.

La lentitud de las administraciones en la gestión de esas actas, convirtiéndolas en expedientes administrativos que navegan a través de periodos de alegaciones y trámites burocráticos, hacen que lo más habitual -por no decir salvo excepciones- es que todo quede en nada y que cuando el técnico o funcionario correspondiente se presenta a las puertas del taller infractor se encuentre con que ha cerrado, ha cambiado de dueño, ha variado el nombre, o directamente ha abierto en otro lugar. Eso desemboca en el archivo de los expedientes, dejando al final sin efecto las sanciones que pudieran derivarse, según relata la patrulla.

La inspección comprueba que los negocios disponen de licencia de apertura, de licencia o comunicación ambiental (un trámite previo con la Generalitat que certifica los requisito técnicos urbanísticos y de normativa industrial), el registro industrial (que certifica que el taller cumple los requisitos de seguridad o antiincendios) y todo lo relativo a la gestión de residuos (desde su almacenamiento hasta la inscripción en el registro de pequeño productor de residuos peligrosos, lo que implica que la Generalitat tiene constancia exactamente de qué residuos genera y a través de qué gestor autorizado los elimina)... También se comprueba visualmente que los residuos se almacenen en contenedores separados, desde aceite de motor, a filtros, baterías, anticongelante, pastillas de freno, envases, pinturas... Todo ha de estar convenientemente controlado.

Mientras se elabora este reportaje, el Seprona detecta un taller de cambio de neumáticos que desagua a la calle, sin licencia de apertura, con residuos de distinta naturaleza mezclados en contenedores y con montañas de neumáticos con «alto riesgo de incendio, con lo que supone de responsabilidad en cuanto a emisiones contaminantes, posibles daños a inmuebles o a personas», concreta uno de los efectivos. En otro taller distinto, en este caso de chapa y pintura, se encuentran con que el negocio ha sido traspasado y aunque los residuos están escrupulosamente almacenados, carece de algún permiso que, según el propietario, está en vías de solución.

El dueño se queja de que «hay muchos ilegales en Elche, incluso sabemos de uno que trabaja de noche para no abrir la persiana de día», y el Seprona le da parte de razón: «Es cierto que es una competencia desleal porque para tener un taller de este tipo en regla se hace una inversión muy importante, por ejemplo en una cabina de pintura homologada y conductos de emisiones a la atmósfera, y no es justo que el de al lado tire los precios porque no cumple las normas; el problema es que cuando nosotros notificamos el resultado de la inspección, no se toman realmente cartas en el asunto, la administración no corta por ejemplo la luz, y nosotros no podemos llegar con un cinta y clausurar, eso se debe hacer por orden judicial o administrativa... Pero mientras se resuelve el expediente sigue todo ilegal; en algunos casos si reciben un requerimiento cierran y se van a otro sitio o traspasan», reconocen desde la patrulla del Seprona de Elche.