El corazón del casco histórico de la ciudad fue literalmente ocupado ayer tarde por la Policía Nacional. Sobre las cuatro de la tarde, al menos cuatro furgones y más de una veintena de antidisturbios fueron tomando posiciones en la Plaza de Congreso Eucarístico y las calles adyacentes. La razón de este despliegue policial no era otro que evitar que se produjera una batalla campal entre grupos de extrema derecha y extrema izquierda, después de que la Policía hubiera tenido conocimiento de un enfrentamiento entre seguidores de ambos grupos a través de las redes sociales.

A las cinco de la tarde había prevista una concentración convocada por los grupos de extrema derecha Nova Lucentum de Alicante, Liga Joven de Elche y ANR (Acción Nacional Revolucionaria) junto a la basílica de Santa María -donde, por cierto, se estaba celebrando una boda-. El objetivo de esta concentración, que estaba autorizada por la Subdelegación de Gobierno, era denunciar que «el Ayuntamiento de esta ciudad está cediendo espacios públicos del barrio de El Pla a la comunidad islámica para el rezo diario».

Cerca de 70 personas desplegaron pancartas y lanzaron consignas contra los inmigrantes.

Y mientras esto ocurría, agentes antidisturbios intentaban evitar que los seguidores de organizaciones de extrema izquierda, convocados a través de las redes sociales bajo el lema de «contramanifestación antifascista», se aproximaran a la concentración, cortándoles el paso con el argumento de que no contaban con permiso alguno de la Subdelegación de Gobierno.

Tras la lectura del comunicado, los convocantes, que siguieron con sus consignas nacionalistas y fascistas, fueron escoltados por la Policía Nacional hasta el aparcamiento de la Universidad Miguel Hernández. Una vez allí, los antidisturbios permanecieron hasta que el grupo, en el que curiosamente, se encontraban tanto seguidores ultras del Elche como del Hércules, se disolvió.