El que no corre vuela. Eso es lo que debieron pensar ayer los concejales del equipo de Gobierno al acudir al pleno ordinario de octubre y descubrir que en la bancada de la oposición falta la concejal Cristina Martínez, una situación imprevista que les permitiría aprobar las cuestiones que quisieran con el voto de calidad de la alcaldesa.

De hecho, la sesión de ayer cobró una importancia que a priori no tenía a causa de la ausencia de la concejal no adscrita, ya que inicialmente el único punto de debate era la ordenanza de regulación del uso público de los parajes naturales, una propuesta que fue aprobada por unanimidad, aunque sirvió para que el concejal del PP Sebastián Polo, que no suele dar puntada sin hilo, hiciera un «guiño» a la oposición en su explicación de voto asegurando que ésta «sí tiene voluntad de llegar a acuerdos», dejando entrever que donde falta voluntad es en sus propias filas. Polo dijo, además, que debería haber más respeto y diálogo para alcanzar acuerdos sobre cuestiones de peso y alabó la disposición de la bancada contraria a llegar a pactos, una posición que sin duda agrió la mañana a la alcaldesa.

Aprovechando el «empate» técnico entre las dos bancadas, la alcaldesa, ante la posibilidad de sacar adelante las cuestiones que estimase oportunas aplicando su voto de calidad, presentó una moción de urgencia relativa al expediente de urbanización de un sector de Peña de las Águilas que desató el enfado de la oposición en bloque. El portavoz socialista, Antonio Rodes, aseguró que la «artimaña» era un paso más en el allanamiento de los derechos de los concejales y otra demostración del «ninguneo» al pleno. Rodes instó, incluso, al secretario del Ayuntamiento a «poner orden» en una actuación que tildó de «ilegal y que no respeta la libertad soberana». Mientras el concejal de Urbanismo recordaba que el expediente había pasado por la comisión de julio y que contaba con todos los trámites necesarios, el concejal del Partido de Elche, Jesús Pareja, aseguró que «éste es un sector donde se iban a hacer 20 casas y ahora se van a construir 200. Debe haber algún interés particular en el mismo y nos sorprende que lo traigan hoy». La moción salió adelante con los votos del PP, mientras que el PSOE no se pronunció y el Partido de Elche votó en contra. La réplica de Rodes y la contrarréplica de Granero sirvieron únicamente para que los dos partidos mayoritarios continuaran tirándose los «trastos a la cabeza».

En el apartado de mociones, Pareja aprovechó la coyuntura para solicitar también «in voce» una moción pidiendo que se habilite una partida económica para ayudar a los más necesitados a sufragar el pago de los medicamentos. El edil del PP, Antonio Luis Martínez-Pujalte, recordó que la dotación para ayudas a los más desfavorecidos se ha incrementado casi un 50% en los tres últimos años y aseguró que el equipo de Gobierno estudiará una propuesta que fue aprobada por unanimidad.

Pero la alcaldesa tenía todavía una «bala en la recámara» y media hora después de iniciarse el pleno decidió realizar un receso que provocó el recelo en la oposición, cuyos miembros temían que la primera autoridad municipal decidiera presentar con carácter de urgencia temas de especial relevancia aprovechando la mayoría técnica de la que disponía por la ausencia de Martínez. Reanudada la sesión, la edil del PSOE Blanca González pidió la paralización de la adjudicación del Centro de Iniciativa Social, explicándole el concejal de Educación, Daniel McEvoy, que será la Conselleria la que decida lo más beneficioso para Elche. También el concejal del PSOE Emilio Doménech presentó una moción para que se convoque con urgencia el Patronato del Palmeral y se revise la lucha contra las plagas, una propuesta que también recibió el apoyo unánime de la Corporación.

Por su parte, el PP «tumbó» con el voto de calidad de la alcaldesa la proposición de Rodes para alcanzar un compromiso (que sí apoyó el Partido de Elche) para que el PP plantease su proyecto de presupuestos en el pleno y poder debatirlos en profundidad.

Sin embargo, el momento «estelar» de la reunión llegó con la propuesta del portavoz del Partido Popular, Manuel Rodríguez, quien apoyándose en «criterios de austeridad y ahorro económico» propuso que a partir de ahora los concejales no cobren los plenos extraordinarios «porque muchas cosas se pueden debatir en plenos como éste». La urgencia de la moción contó con el apoyo del PP, la abstención del Partido de Elche y el voto en contra del PSOE, una votación que posteriormente se repetiría al emitir la postura de los distintos grupos respecto al contenido de la proposición.

En este punto Rodes hizo constar su enfado y calificó la propuesta de «triquiñuela infantil». El portavoz del PSOE dijo que la propuesta era un intento de bloquear la participación de la oposición, de no reconocer los derechos del pleno. «Es ofensivo, una vergüenza». Fue entonces cuando planteó que, si hay que ahorrar, los ediles del equipo de Gobierno debían dejar de cobrar por asistir a la Junta de Gobierno, por asistir a comisiones o por ser tenientes de alcalde. «Esto es una chufla y un choteo. Sólo quieren cortar los recursos a la oposición para impedirnos trabajar».

Acabado este tenso «tête-à-tête» entre Rodes y Rodríguez, Emilio Doménech preguntó en el capítulo de ruegos y preguntas porqué el portavoz del PP ha vuelto a percibir la dedicación exclusiva cuando en 2013 dijo que renunciaba a la misma porque cada concejal debía cobrar de su trabajo. En este punto intervino el ex alcalde, Alejandro Soler, para recordar que cuando Alonso estaba en la oposición su grupo tenía cuatro concejales con dedicación exclusiva «y nosotros ahora tenemos uno» y dos funcionarios de empleo, «mientras que nosotros no tenemos ninguno. Le pido un mínimo de coherencia», aseguró Soler, quien le recordó que en la anterior legislatura Alonso exigió que todos sus ediles tuvieran la exclusiva «y la negativa fue la que provocó la ruptura de relaciones con el equipo socialista».

Por su parte, Cristina Martínez había registrado por la mañana un escrito en el Ayuntamiento justificando que su ausencia se debía a cuestiones profesionales (tenía una guardia en el SAMU) y que había decidido acudir a su puesto de trabajo ante la dificultad para encontrar un sustituto, además de la poca «consistencia» del orden del día del pleno y porque sus mociones no habían sido admitidas por su condición de concejala no adscrita, «algo que no sé si ocurrirá más adelante porque parece que mis propuestas están en el limbo al no tener grupo». La edil también indicó ayer que la actitud de la alcaldesa en el pleno -aprovechándose de su ausencia para «colar dos mociones»- le parecía «mezquina, y que daba muestra de la talla política» de la regidora ilicitana.