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A pie de calle

Enfermos de anorexia urgen la creación de centros de día públicos o concertados

Las familias denuncian que es prácticamente imposible sufragar los tratamientos en residencias privadas

Los trastornos en la conducta alimentaria son cada vez más frecuentes. INFORMACIÓN

Anorexia, bulimia, ortorexia.... los trastornos de la conducta alimentaria (TAC) son cada vez más frecuentes en las sociedades desarrolladas. Los casos crecen cada año que pasa y el perfil del enfermo es cada vez más variado. Así, mientras que los TCA hace décadas se asociaban a mujeres jóvenes obsesionadas por su físico, cada vez son más frecuentes los casos de anorexia y bulimia en hombres, en mujeres maduras, en niñas y niños.

Además, tal y como explica Trini Rodríguez, una de las psicólogas de la Asociación de Anorexia y Bulimia de Elche (ADABE), «detrás de un caso de anorexia y bulimia se encuentran casi siempre otros problemas subyacentes ajenos al problema de la gordura».

Desde las asociaciones de afectados por estos trastornos alimentarios se denuncia que a pesar de que cada vez hay más casos, los recursos públicos destinados a esos enfermos no son suficientes.

En la actualidad, en la provincia de Alicante, los posibles casos de anorexia son derivados en un primer momento a los psicólogos de los centros de salud. El siguiente paso ya es el ingreso en la Unidad de Trastornos Alimentarios del hospital de Sant Joan, que es el único centro de referencia para la provincia.

«El problema es que los trastornos alimentarios requieren de una atención multidisciplinar en la que deben participar, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas... Además, son tratamientos que requieren una atención como mínimo semanal y que se suelen prolongar mucho en el tiempo», señala Rodríguez, que añade que «lo ideal sería que las familias tuvieran la posibilidad de llevar al enfermo a un centro de día, el problema es que se trata de un recurso que no está contemplado por el servicio público sanitario».

De esta forma, a los afectados la única opción que les queda es recurrir a centros privados cuyos precios están al alcance de muy pocas familias.

En busca del concierto

Las asociaciones de enfermos afectados por los TAC reclaman que la Generalitat cree centros públicos o, en su defecto, que se firmen conciertos nuevos con clínicas privadas de forma que los tratamientos puedan estar al alcance de los enfermos.

En esta línea está trabajando el Centro de recuperación emocional y alimentaria CREA. Un proyecto creado al amparo de la Universidad Miguel Hernández al frente del cual están las doctoras Yolanda Quiles y María José Quiles.

CREA es un recurso sanitario especializado en el tratamiento integral de los trastornos alimentarios dirigido a enfermos que requieren una atención terapéutica intensiva y a sus familiares.

«En los centros de salud mental hay buenisimos profesionales, el problema es que van desbordados. Tenemos compañeras que dejan de almorzar para apretar la agenda y poder ver al mayor número de pacientes. Desgraciadamente no pueden dar la intensidad de tratamiento que estos enfermos requieren y por ello se hacen necesarios los centros de día», denuncia María José Quiles.

«Nuestro servicio de salud público no da respuesta a estos enfermos excepto en el caso de que ya estén muy, muy enfermos. Los recursos son muy limitados», apunta Yolanda Quiles. «Nuestra idea era que CREA no fuera una empresa como tal, ya que somos conscientes de las dificultades para que una familia haga frente al coste de los tratamientos. Buscamos otras alternativas, pero no salieron, así que ahora estamos luchando para lograr conciertos con seguros escolares (para que a través de ellos puedan acceder a nuestros servicios los chavales que lo necesiten) o con hospitales, como ocurre con algunos centros como el nuestro», añade.

Las psicólogas de CREA explican que el centro de día es un servicio intermedio entre la consulta en el centro de salud o el ingreso en la unidad de Sant Joan, que es donde van los enfermos cuya vida corre peligro.

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