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¿Ha tocado ya fondo el PSOE?

Además de los 722 militantes convocados mañana para elegir al próximo alcaldable socialista, simpatizantes y oposición muestran su incertidumbre ante las consecuencias de las primarias

¿Ha tocado ya fondo el PSOE?

Militantes, simpatizantes e incluso los demás grupos políticos encaran con inquietud e incertidumbre este domingo, cita para las elecciones primarias del PSOE de Elche. Desconocen si el partido se asoma de nuevo al abismo, para descender todavía más a los infiernos o si, por el contrario, ha llegado el momento de empezar a subir su particular Alpe d'Huez que le puede llevar a ganar la Alcaldía en mayo de 2015.

Las elecciones primarias, donde los militantes deben inclinarse, al menos todavía a fecha de ayer, por Ramón Abad, María Dolores Asencio, Carlos González o José Pérez, son, desde que se supo que los cuatro habían conseguido más del 20% de los avales necesarios, una absoluta incógnita: cualquiera de los cuatro puede ganar.

Pero también puede ser que se origine una victoria pírrica, es decir, que aún ganando, el elegido y, por extensión, el propio partido, podrían perder no sólo políticamente, sino también en sentido común.

Mientras la mayoría de los afines a cada uno de los cuatro candidatos están convencidos de cerrar filas en torno a la opción escogida, el resto de indecisos, e incluso de simpatizantes que no afiliados, piensan más en cuál de los cuatro candidatos puede ser el más idóneo para arrebatar al PP la Alcaldía.

Se puede dar la circunstancia de que se imponga el que más apoyos reciba, pero a la vez que no sea precisamente el candidato que necesita el partido en este momento ni de cara a las elecciones de 2015.

Y también podría salir de las primarias la persona menos «querida» en el seno del partido, pero la más efectiva ante los comicios de 2015.

Por eso, el PSOE afronta estas primarias con una bola de pitonisa en una mano y con los dedos cruzados detrás de la espalda en la otra. Nadie sabe a ciencia cierta, y éste ha sido el comentario común de los últimos días, quién puede obtener más votos y si la persona que salga de verdad podrá conseguir reunificar a la agrupación.

Medirse a Alonso

En los corrillos, en los bares, en los grupos municipales, incluso en el Ayuntamiento, y por supuesto el mayor adversario del PSOE, en el PP, se incrementa la intensidad del debate sobre quién puede, debe o conviene que sea la persona que se mida a Mercedes Alonso en unos meses.

El PP quiere, por supuesto, el candidato más débil. El PSOE, en realidad, no sabe lo que quiere aún, porque de lo contrario no habría llegado a estas alturas con cuatro candidatos.

Para algunos de los propios aspirantes a alcaldable esto es bueno, porque habla de la democracia y la pluralidad del partido. Para otros, en cambio, es poco menos que un fracaso, puesto que denota hasta qué punto está dividida, fragmentada, rota, partida, distanciada o como se quiera decir la agrupación socialista en Elche.

Sin embargo, en los momentos más difíciles es cuando se suelen unir voluntades, sacrificar egoísmos particulares y realizar ejercicios de valor, que es lo que vienen esperando muchos simpatizantes del partido conforme se acerca el día D y la hora H.

Los rumores sobre prepactos y pactos han sido continuos en las últimas jornadas, desde los más inverosímiles hasta los más naturales. Que si Asencio pactó con Pérez, que si Abad acordó con González, que si este último se ha aliado con Pérez... han sido las continuas intoxicaciones de las cuales se sabrá cuál de todas es verdad o bien horas antes de las votaciones, o bien tras el escrutinio a partir de las 20 horas de este domingo en la sede de General Cosidó.

En cualquier caso, las primarias van a definir un punto y aparte en el partido y posiblemente se abran tres escenarios posibles. El primero es que todo siga como hasta ahora, es decir, que el barco siga haciendo aguas como hasta ahora, con enfados internos que alejen a unos a otros pero que les permita convivir con unos mínimos y navegar por inercia.

El segundo, que la situación mejore y las distintas familias se autoconvenzan de que el «enemigo» no debe seguir estando dentro, sino fuera y, por tanto, trabajar sin fisuras a lo que diga el nuevo alcaldable.Añicos

Y el tercero, lo que todos temen y que puede ser el más probable pese a los anuncios de buenas voluntades hechos públicos, es que el partido se haga aún más añicos, que baje un nuevo escalón en su crisis y que las diferencias y odios se agudicen, lo que comprometería seriamente el futuro del partido.

Un partido con una comisión gestora prorrogada, al que se le ha negado todavía conocer el informe de las altas masivas irregulares, con un censo puesto en duda desde todas las facciones del PSOE, con tertulias polémicas y pendientes, tras las primarias, de que la asamblea elija nueva ejecutiva y nuevo secretario.

Pero esto último ya será un segundo capítulo. Como dicen, cada batalla a su tiempo. Y, como también dicen, se puede perder una batalla pero no la guerra. Los 722 militantes con derecho a voto mañana tienen en su mano no sólo elegir al alcaldable, sino el futuro a corto plazo de una agrupación que desconoce todavía si ha tocado fondo y ya puede remontar o todavía puede caer aún más bajo.

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