Unas cuatrocientas personas participaron ayer en la primera manifestación del curso escolar para pedir, de entrada, la dimisión de la consellera de Educación, María José Catalá, por novedades introducidas este curso académico que, para quienes participaron en la protesta, degradan la calidad de la educación pública.

Profesores, padres, madres y estudiantes se manifestaron en contra del inicio del curso adelantado este año unas dos semanas con respecto a lo habitual, lo que ha conllevado temperaturas de más de treinta grados en las aulas, con proclamas como«No queremos saunas, queremos aulas» y plantearon quejas por el aumento de ratios en las clases, por los recortes en las plantillas de profesores, por la reducción de horas lectivas en valenciano o por el encarecimiento de las tasas universitarias, saltando de rimas del tipo «El hijo del obrero, a la universidad; el hijo el banquero, al banco a trabajar» a otras más directas «Educació pública i de qualitat».

En definitiva, la protesta pretendía alzar la voz contra la «degradación progresiva» de la educación pública, que para los manifestantes es consecuencia de una estrategia progresiva para privatizar la educación, tal y como ha venido argumentando y criticando la Plataforma en Defensa de l'Ensenyament Públic del Baix Vinalopó (en referencia, por ejemplo, a los planes de Conselleria de construir un CIS -Centro de Iniciativa Social- que edificará y explotará durante 75 años una empresa en terreno público). Precisamente esta plataforma auspiciaba ayer la manifestación, iniciativa de una asamblea de estudiantes celebrada en el transcurso de una protesta que se organizó ante el Ayuntamiento el viernes pasado, cuando las temperaturas alcanzaban los 37 grados.

Al término de la manifestación se leyeron manifiestos denunciando «las medidas improvisadas y tomadas sin consenso que han provocado un inicio de curso caótico» (al complicar la preparación de las clases a los docentes, especialmente a los interinos, que se incorporaban a los centros sólo dos días antes que los alumnos, y también por la aplicación progresiva de la nueva ley educativa Lomce en Primaria).

Ayer hubo también huelga estudiantil a nivel autonómico, pero no fue secundada en Elche por el Sindicato de Estudiantes Independiente y no tuvo eco en las aulas.