El Ayuntamiento de Elche va a hacer un nuevo intento para poder abrir al público el antiguo convento de las Clarisas, un edificio que dejó de albergar a las monjas en 2007 y que se ha abierto esporádicamente al público de modo puntual debido al avanzado estado de deterioro que presenta el inmueble.

Las obras de rehabilitación que ahora han comenzado y que según el coordinador de Cultura, Pablo Ruz, forman parte de la primera fase del proyecto de recuperación del edificio, estarán concluidas el próximo mes de enero, por lo que la previsión es que el inmueble pueda ser visitado parcialmente por el público a partir de principios de febrero.

Una de las reformas de más envergadura que se va a abordar en este proceso de rehabilitación es la impermeabilización de las cubiertas, con el objetivo de que las aguas pluviales se desvíen hacia el alcantarillado y dejen de caer al claustro y de provocar problemas de humedades en las cimentaciones.

Asimismo, la reforma se va a extender a la antigua capilla, que será reconvertida en sala de usos múltiples, por lo que se va a instalar el mobiliario y la iluminación adecuados para que la estancia pueda ser utilizada para la presentación de obras de teatro, exposiciones y conferencias. Por ello, se va a mejorar el acceso por el inicio de la calle Capitán Lagier.

Desde ese espacio también se podrá acceder al claustro, una zona que también va a ser acondicionada, donde se va a proceder a realizar una profunda limpieza y acondicionamiento para poder usar este espacio como sala de exposiciones al aire libre o como sala de conciertos. El coordinador de Cultura, Pablo Ruz, destacó que se va a conservar la solería que apareció del siglo XV cubriéndose con metacrilato y será iluminada con un sistema led para que pueda visualizarse, al igual que pasará en los arcos con los que cuenta el espacio o la escalera que da acceso a los pisos superiores, donde además se colocarán celosías para que los visitantes puedan contemplar este impresionante elemento.

Otra de las obras que se van a realizar en esta primera fase será la habilitación de la nueva zona de acceso a los Baños Árabes a través de la plaza de la Mercé. La idea es que los visitantes accedan a los baños por la puerta ubicada frente al claustro, para que puedan contemplarlo, y posteriormente atravesar el zaguán donde hay uno de los pocos restos platerescos que quedan en la ciudad, así como la zona donde estaba el antiguo torno de las monjas de clausura y el locutorio con la reja -eliminando los muros y tabiques recientes que compartimentan este espacio- para dar paso a los restos arqueológicos. El responsable de Cultura explicó que «este nuevo espacio de entrada albergará una sala permanente que contará al visitante la historia del convento gracias al trabajo que se está realizando de documentación con el Museo de Puçol».

Las obras van a tener una duración de tres meses. La inversión del proyecto es de cerca de 200.000 euros y eran financiadas gracias al proyecto de inversiones que Aigües está desarrollando en la ciudad.