El proyecto desarrollado por el Grupo Aranea contempla una gran variedad de paisajes para transformar la ladera del río Vinalopó a su paso por la ciudad. Además de las pasarelas que recorren el cauce, la propuesta original incluye bosques de taráis, lagos depuradores, huertos ociosos, senderos que se pierden entre pinos o miradores perdidos a lo largo de toda su extensión. Sin embargo, el texto también recoge la puesta en valor de elementos clave de la ciudad que se han perdido con el tiempo, como recuperar las acequias de riego que emanaban del Vinalopó.

El contraste de paisajes, como el que supone la estructura arquitectónica con el casco urbano, se suman otros enclaves naturales como playas urbanas o auditorios al aire libre, con el fin de convertir el cauce del Vinalopó en un lugar de ocio y encuentro para todos los ilicitanos.

Por tanto, no podían faltar multitud de zonas de juegos, pequeños chiringuitos con el fin de explotar la zona de forma comercial e incluso instalaciones deportivas, a lo que se sumarían zonas de descanso repartidas por toda la ciudad. En definitiva, todo un parque lineal que atraviesa la ciudad de norte a sur y que concentraría una gran oferta deportiva, de ocio y descanso para la ciudad en un enclave único junto al Vinalopó.