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Territorio gorrilla

Algunos aparcamientos están repletos de personas pidiendo dinero por aparcar coches

La zona del Hospital General y la Ciudad de la Justicia es frecuentada por gorrillas Sergio Ferrández

Las zonas de aparcamiento entre la Ciudad de la Justicia y el Hospital General de Elche Hospital General de Elche son territorio «sitiado» por personas que se dedican a ayudar a los conductores a localizar huecos libres para aparcar y a indicar las maniobras a cambio de la voluntad. El problema surge cuando el conductor no quiere dar propina, porque en algunos casos los conocidos como «gorrillas» que hasta ese momento eran amables se transforman y pueden llegar a amenazar: «Mientras yo esté aquí tranquila que tú no vuelves a aparcar», se le ha podido a escuchar a alguno. Los vigilantes del hospital reconocen que presencian a menudo escenas que rozan la amenaza, y que especialmente se ensañan «con las mujeres que van solas y con quienes tienen buenos coches», persiguiendo a algunas de ellas y sembrando la duda en los segundos sobre si se encontrarán el coche en condiciones a la vuelta.

Muchos dan unas monedas porque quieren y muchos otros lo hacen porque «temes que cuando vuelvas te hayan rayado el coche», reconoce una pareja a las puertas del centro hospitalario: «Hoy hemos tenido que venir cuatro veces y hemos dado algo todas menos la última, porque ya era demasiado».

La entrada de Urgencias es comúnmente utilizada por estas personas que se colocan en la calle «a la caza» de los coches que buscan aparcamiento, bien para entrar al baño bien para echar la calderilla en la máquina de refrescos para cambiarla por monedas de euro, como relata el personal, aunque se trata de un lugar de acceso público en el que nada se podría hacer por restringir la entrada si se quisiera.

Tampoco se puede hacer mucho fuera, en la calle, pues la Policía no puede impedir que se pida limosna ni que se ayude a otros a estacionar: nada hay de delictivo en ello. De hecho, en la práctica no hay apenas denuncias por daños en vehículos en esta zona. Sí que se ha identificado e incluso detenido a algunas personas por parte de la Policía Local en casos en los que se ha visto cómo se amenazaba a alguien o sobre todo por reyertas entre ellos, pues se reparten las horas y las zonas en virtud de una ley no escrita que solo ellos conocen, porque son casi siempre los mismos y casi siempre en los mismos puestos.

En general, la Concejalía de Seguridad sabe que hay un problema tras esta realidad (no solo de seguridad o incomodidad ciudadana, sino también de servicios sociales y no solo en esta zona) y precisamente en este mandato, siendo jefe de la Policía Local Antonio Amorós, se elaboró una ordenanza sobre mendicidad y prostitución en las calles que no se llegó a tramitar, y que habría dado instrumentos para actuar ante estas situaciones que resultan extremadamente delicadas de tratar desde las administraciones.

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