El incendio del espectacular coche nupcial que debía llevar a la novia hasta el altar el pasado sábado, no impidió que el enlace matrimonial se llevara a cabo. Sin embargo, la novia, Nerea Guevara, se llevó un gran susto que «no voy a olvidar jamás». Dos días después de tan inoportuno inconveniente, «ya nos lo tomamos a risa y ya queda como una anécdota, pero en el momento no me lo podía creer, no podía parar de llorar».

Y es que la historia es más propia de una película romántica americana. Todo estaba cuidado hasta el último detalle. Un Rolls Royce de época de un blanco inmaculado debía llevar a la novia hasta el altar, situado en un entorno mágico en el castillo de Novelda. Sin embargo, todo se torció cuando el coche comenzó a envolverse en llamas a las puertas de su casa debido a una fuga de gasolina. «Al principio mi familia no me quería decir nada, pero al final no quedó más remedio», relata Nerea. «Estaba en casa haciéndome la sesión de fotos, y no fue hasta el final cuando vino mi hermano y me dijo lo que había pasado».

Envuelta en un mar de lágrimas, salió de casa en brazos para no mancharse el vestido, ya que toda la calle estaba cubierta por un gran mando negro de agua y ceniza. « Una salida triunfal», como ella misma define, «en la que todo el mundo me gritaba ¡viva la novia!, ya que la plaza se llenó de gente atraída por el suceso, pero en ese momento yo no podía escuchar a nadie, no daba crédito a la situación».

Los nervios la siguieron hasta la misma puerta del altar. «Entré llorando en la iglesia, y me encontré a mi novio emocionado también por lo que había pasado. Una vez en el altar ya empecé a relajarme, hasta que se nos pasó el susto y ya pudimos reírnos de la situación, que parecía de película». Una vez contrajeron matrimonio, ya pudieron volver a Elche en uno de estos vehículos de época, pues la empresa encargada del coche les mandó otro de sustitución, por lo que finalmente sí hubo final feliz.

Sin embargo, reconoce que será «uno de los momentos más recordados durante años» de la ceremonia, aunque «ahora toca olvidarse del susto en la luna de miel», para lo que la pareja viaja hoy hasta Nueva York, donde finalmente, disfrutará del viaje y poner la guinda a una ceremonia fuera de lo común.