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Miles de tristes historias con el mismo problema que Daniel

Daniel tiene 40 años y lleva más de tres años sin trabajar. Durante los dos primeros años de paro cobró la prestación por desempleo, pero en la actualidad no cuenta con ningún tipo de ingreso. «Llevaba más de 14 años trabajando ininterrumpidamente y en los últimos tres años sólo he conseguido un «minijob». Por entonces me compré una casa y ahora la tengo alquilada para poder hacer frente a la hipoteca y que no me la quite el banco».

Daniel asegura que puede «tirar para adelante» gracias a la ayuda de su madre y de su hermana.

«En estos tres años he hecho decenas de entrevistas, pero la sensación es que una persona de 40 años tiene difícil encontrar empleo a pesar de tener experiencia como administrativo en ventas», explica.

El hecho de no contar con ningún tipo de ingreso le impide seguir formándose, lo que le dificulta aún más la posibilidad de encontrar algún trabajo. «Sinceramente, veo muy remota la posibilidad de encontrar un empleo con un contrato decente. De hecho, estoy apuntado en diez empresas de búsqueda de empleo y en tres años no he recibido ni una sóla llamada, por lo que veo poco probable poder dejar en breve la casa de mi madre. Mi única esperanza es que a través de algún conocido puede acabar trabajando en alguna empresa».

El caso de Daniel no es único, se repite en miles de familias ilicitanas, en muchas de las cuales la situación es mucho más dramática ya que tiene hijos a los que mantener y nadie en su entorno familiar que les pueda prestar una mano. m. a. i.

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