El 23 de junio de 2005, un conjunto de inquilinos de las calles Jorge Juan y José María Buck presentaba en el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PSOE, un escrito advirtiendo del problema de tráfico en el cruce de ambos viales. Continuos accidente de vehículos, frenazos, sustos entre los viandantes... Desde entonces vienen reclamando medidas para regular debidamente el tráfico en esta intersección, un lugar donde, los vecinos, aseguran que se circula bastante rápido y es peligroso.

Y tan peligroso, a juicio de los residentes de este lugar, que en julio de 2010 entregaron casi 400 firmas reivindicativas, un lustro después de la primera llamada de atención al Ayuntamiento.

Una de las última quejas que presentaron los vecinos tiene fecha del pasado 13 de marzo de 2013. El Ayuntamiento contestó casi cinco meses después. En concreto el documento tiene fecha de salida el 1 de agosto. En el mismo se indicaba que los técnicos entendían que «desde el punto de vista del tráfico de vehículos no se considera necesaria la regulación semafórica, pero que desde el punto de vista de la seguridad peatonal sí que pudiera serlo». A partir de ahí informaba también de que se recomendaba incluir esta «regulación semafórica» en los «proyectos a acometer a corto plazo». Esto fue en el verano del pasado año y, ahora, un año después, ya se ha empezado a acometer.

El Ayuntamiento de Elche iniciaba ayer precisamente las obras en el cruce de las calles Jorge Juan con José María Buck y Lope de Vega, donde se instalarán un grupo de seis semáforos para regular esas tres calles de manera que permitan garantizar la seguridad de este punto.

María Dolores Serna, la edil de Barrios, aseguró ayer que «después de años de reclamaciones de los vecinos, hoy -por ayer- se va a comenzar la instalación de un grupo de semáforos en estas calles para garantizar la seguridad de peatones y vehículos».

La concejala quiso recordar también que hace unos meses junto a la alcaldesa, Mercedes Alonso, se reunieron con vecinos de la zona, los cuales «nos explicaron la problemática que llevaba sin atenderse muchos años y durante esa reunión nos comprometimos a realizar esta actuación, que es muy necesaria».

El Ayuntamiento asegura que esta instalación finalizará antes de que termine el verano y, de este modo, se pondrá punto y final a un punto negro del tráfico urbano.

Por su parte, una vecina, en nombre de otros muchos más residentes, mostró ayer su queja por el hecho de que se hayan instalado unos elementos metálicos provisionales mientras duran estas obras y que al pasar los vehículos generan molestos ruidos, sobre todo en las horas de descanso. Los denunciantes aseguraron anoche que habían avisado de este nuevo problema a la Policía Local.