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Todo un rodeo para poder llegar al centro

La peatonalización de Carrer Ample impide el acceso directo al entorno de la Plaça de la Mercé

Todo un rodeo para poder llegar al centro

Aplaudida por unos, sobre todo comerciantes y vecinos, y ahora criticada por algunos conductores. El caso es que desde la peatonalización de Carrer Ample, completada el pasado jueves, en apenas cuatro días, y finalizada oficialmente un día después, las críticas no han tardado en surgir.

Para empezar, algunos conductores y propietarios de garajes en las calles se quejan de que tienen que dar un gran rodeo para llegar a la zona de La Calahorra o de la plaza de Les Eres de Santa Llúcia.

Los que tienen plaza de aparcamiento en viales como Trinquet o Capitán Lagier también se las están viendo, ya que desde que el pasado 18 de agosto Carrer Ample dejara de estar abierta al tráfico rodado, deben circular por Corredora, subir por Doctor Jiménez Díaz, girar por Luis Gonzaga, continuar por Maestro Albéniz, Diagonal del Palau y bajar por las calles Fatxo y Uberna para llegar a la Plaça de la Mercé.

Desde el final del puente del Ayuntamiento hasta este punto, el cuentakilómetros marca 1.400 metros y 5 minutos de tiempo aproximado, mientras que antes, cuando Carrer Ample estaba abierto, el recorrido era de 450 metros y una duración estimada del trayecto de dos minutos. Los taxistas, que tienen sede en la Plaça de la Mercé, también se muestran descontentos por esta peatonalización, ya que ellos también están obligados a dar ese gran rodeo.

A su juicio, se podía haber dejado la calle de un modo que sólo estuvieran autorizados a circular taxis y otros vehículos municipales. Como está ahora, no tienen más remedio que conducir durante más tiempo para llegar a esta base.

Entre los problemas añadidos recuerdan que al salir de la calle Fatxo casi siempre hay problemas de tráfico, ya que en la esquina suele haber camiones de carga y descarga que paralizan el tráfico.

Otras de las quejas que se plantean es qué pasará cuando una ambulancia o un vehículo de Bomberos deba actuar en este vial. La colocación de cuatro grandes maceteros, dos en cada extremo de la calle, impide claramente el paso de estos vehículos.

Algunos vecinos tampoco entienden por qué se ha vuelto a pintar, según afirman, el ceda el paso en esta calle que ya ha dejado de ser peatonal; y por qué no se coloca una señal vertical de prohibida la circulación rodada.

Por su parte, los propietarios de negocios de la zona han aplaudido esta medida, algo que se venía reivindicando desde hace años y que finalmente se ha hecho realidad tras las fiestas, aprovechando el éxodo urbano con motivo de las vacaciones de verano.

Los comerciantes están a la espera ahora de que se acometa también la peatonalización de otro vial paralelo a éste, el carrer Trinquet.

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