La polémica no es nueva, pero cada cierto tiempo se reaviva. La plaza de San Crispín, en Torrellano, sigue dando pie a enfrentamientos dialécticos entre vecinos y propietarios de establecimientos.

Desde hace años, las dos calles que flanquean la plaza se cierran al tráfico los fines de semana, así como las tardes entre semana, todo ello entre el 15 de junio y el 15 de septiembre.

Según la Asociación de Vecinos de Torrellano, hace dos sábados una ambulancia tuvo que dar toda la vuelta y entrar en sentido contrario para atender una urgencia médica al no poder hacerlo por una de estas calles, cerradas con vallas y atadas con cadenas al suelo. La llave de estas cadenas la tiene la Policía Local. El pasado año, al parecer, ocurrió lo mismo, aunque en este caso con un servicio de Bomberos.

La citada asociación considera que no es de recibo que los servicios de emergencias tengan que hacer «malabarismos» para realizar su trabajo y que debe regularse el uso de esta plaza pública.

Además, insisten que se ha cerrado por el interés de algunas cafeterías, cervecerías, bares y heladerías para que puedan instalar sus sillas y mesas en plena calle y sin la tarima y la zona acotada como marca la normativa municipal.

El Ayuntamiento no se ha pronunciado sobre este aspecto, pero el alcalde pedáneo, José Esclapez, señala que salvo tres vecinos o propietarios de negocios de la zona, el resto está a favor de que se cierren estos viales.

Desde una de las heladerías que habilita una de las terrazas se asegura que la ambulancia no entró en sentido contrario y que todo esto es «una guerra de hace varios años». Otra cafetería también con terraza afirma por su parte que la zona se cierra también «para que los niños puedan jugar en las calles».

Desde la Asociación de Vecinos de Torrellano se señala que no están en contra de las terrazas, pero sí de que no cumplan con la normativa municipal, además de denunciar que reiteradamente hay quejas de propietarios por los ruidos de las terrazas.