Un total de 15 menores saharauis del programa de acogida "Vacaciones en Paz" tenían previsto llegar anoche al Aeropuerto de Alicante-Elche dispuestos a pasar los meses de verano en familias de acogida de Elche.

«La mayoría de los niños ya repitieron el año pasado, pocos son nuevos», afirma Ángela Carrillo, presidenta de la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui, entidad que se encarga desde hace años de llevar a cabo este proyecto solidario. «Intentamos que pasen una estancia agradable lejos de las precariedades en las que viven y de los conflictos de su país de origen», añade Carrillo.

Estos menores proceden del Sahara Occidental, un lugar situado en el extremo occidental del desierto del Sáhara, a orillas del océano Atlántico.

«La mayoría de las familias saharauis viven de la pesca, pero desde que el territorio fue ocupado por Marruecos muchos de ellos están exiliados en campamentos de refugiados», expone Ángela Carrillo. «Los niños y niñas que han venido a Elche sufren una situación bastante precaria y por ello teniéndoles aquí intentaremos ayudarles en todo lo que podamos», añade Carrillo.

«Vacaciones en Paz»

El programa «Vacaciones en paz» tiene entre sus objetivos propiciar una estancia agradable entre los niños saharauis en compañía de familias de acogida españolas.

Este es el caso de la familia ilicitana de Inma Mirete, que este año tendrá de acogida a Mohamed, un niño de 10 años con el que ya tuvieron la oportunidad de compartir esta aventura por primera vez el verano pasado.

«Mohamed desde que vino el año pasado no tuvo ningún problema de adaptación a nuestro entorno», afirma Inma con ilusión por volver a ver al niño. «El primer día que estuvo en casa, le hicimos de comer macarrones y se echó las manos a la cabeza por ver que las sobras las tirábamos a la basura», añade de modo anecdótico.

Según confesó el joven a Inma, Mohamed tiene dos hermanas y un padre, hospitalizado en Barcelona. Pero pese a las circunstancias que vive en su país de origen, a Inma Mirete lo que más le sorprende es que el niño no se queja de nada.

«Mohamed nos dice que en el Sáhara tiene de todo y que no le falta de nada, que va a la escuela y que tiene muchos amigos», explica Inma Mirete.

Como Mohamed, este año cerca de 500 niños disfrutarán también de este proyecto solidario en diferentes puntos de España. Unos jóvenes que tendrán la oportunidad de conocer cosas nuevas y corregir sus problemas de salud generados por las condiciones de vida de los campamentos de refugiados del Sáhara.

Una vez finalizada la estancia, el 2 de septiembre, los niños volverán a su país de procedencia, el Sáhara Occidental, algo que aunque pueda parecer un desenlace triste, como cuenta ángela Carrillo, les hace mucha ilusión a los muchachos.

«Pese a la precariedad que viven en el Sáhara, lo sentimental les puede y están deseosos de volver para contarles todo lo vivido en España a sus familiares y amigos», expone Carrillo. Y añade que lo más gratificante de todo este trabajo es el ver, al finalizar, la sonrisa de los niños.