La Asociación Afectados por el Ruido de Elche está dispuesta a elevar una queja a la Unión Europea si finalmente el Ayuntamiento aprueba el plan acústico municipal sin tener en cuenta sus alegaciones. El colectivo manifestó ayer su intención de trasladar a Bruselas una queja por «todo lo que sufrimos en materia de medioambiente».

Y es que el colectivo aseguró que está previsto que el pleno municipal que se llevará a cabo el próximo lunes apruebe el plan acústico municipal después de haber eliminado del mismo cuestiones que consideran muy importantes, a lo que se suma que no se han tenido en cuenta sus alegaciones, según indicaron.

José Tormo, miembro de la Asociación Afectados por el Ruido de Elche, explicó que «presentamos alegaciones para mejorar el plan acústico municipal y aunque no nos lo han comunicado, sabemos que las han rechazado».

Tormo aseguró que con «el plan que se pretende aprobar ha sido modificado recortando derechos como por ejemplo la inversión necesaria para el mantenimiento de las calzadas con materiales absorbentes del ruido del tráfico. Esto se elimina porque tendría que tener un presupuesto y el PP no está por la labor de invertir en este tema».

Otro punto que, según indicaron desde el colectivo, desaparece del plan acústico es el decreto que establecía la necesidad de que dos locales de ocio estuvieran, como mínimo, a 50 metros de distancia en la zona centro. José Tormo indicó que «el plan lo elimina y no establece ningún tipo de distancia, lo que lamentamos porque la zona ya está muy saturada, y se sabe, según los últimos estudios, que en todas las calles en el centro se superan los 75 decibelios».

Desde el colectivo apuntaron que «el nuevo plan también elimina la reducción del tráfico nocturno de camiones que estaba controlado, y no contempla invertir recursos en adquirir nuevos aparatos para realizar sonometrías».

Asimismo, aseguraron que «no se contempla la creación de las cuatro zonas saturadas (plaza Algeps, plaza Castilla, Zapatillera y zona centro) para elaborar planes específicos cuando se conoce, a través de estudios de la Universidad Miguel Hernández, que son zonas con altos decibelios».

Finalmente, el colectivo lamentó que «se trate de resolver el problema del ruido con un plan que no deja de ser una carta de buenas intenciones sin actuaciones concretas y colocando carteles en la calle».

Por este motivo, anunciaron que si el plan sale adelante sin contar con sus aportaciones «estamos dispuestos a impugnarlo en los tribunales y a elaborar una queja que se trasladará a la Unión Europea».